El recurso interpuesto pone una vez
más de manifiesto las malas prácticas de Forestal Mininco, reincidente en ser
objeto de acusaciones por atropello de los derechos de los pueblos originarios,
en esta ocasión por el uso de malas prácticas en la empresa de construir un
camino de acceso en el predio del denunciante, provocando contaminación de las
aguas y vulnerando el derecho a la propiedad del denunciante, engañado desde
1998.
El
Ciudadano.cl - A.Vallés - Hoy 12:02
La Corte de Apelaciones de Valdivia
resolvió admitir a trámite el recurso de protección interpuesto por César
Collao, estudiante de derecho, en representación de Juan
Alba Barrientos, contra Forestal Mininco
en el marco de las acciones acometidas por la firma en el predio del
denunciante, por vulneraciones de los derechos a la vida y la integridad física
y psíquica, a vivir en un medio ambiente libre de contaminación y del derecho a
la propiedad.
Los
hechos denunciados se remontan a 1998, cuando Jurgen Wichelhaus, dueño de un predio denominado
Pichicullin, le solicita a Juan Alba construir una servidumbre de paso en su terreno,
alegando que trabajaba como agricultor y requería poder acceder a su sitio en
auto.Aprovechándose de la buena fe y la nula comprensión lectora del vulnerado, consiguió que Alba firmara -sin saberlo- una servidumbre perpetua, que permitía el acceso de personas, vehículos y maquinarias pesadas para Wichelhaus, que procedió en representación de la empresa Inversiones y Forestal Río Lingue S.A., lo que tampoco fue advertido al denunciante.
En aquella ocasión se cortaron gran cantidad de árboles nativos, procediendo a depositar las toneladas de tierra removida a la orilla de la servidumbre, a pocos metros del paso del estero que abastece de agua a las comunidades indígenas costeras, provocando la contaminación del mismo y a disminución de los productos marinos que suponen la base del sustento económico de estas, cuyas cartas de apoyo se adjuntan en el recurso interpuesto.
No obstante, Alba no fue consciente de las verdaderas intenciones del permiso concedido hasta el pasado mes de diciembre, cuando es avisado por vecinos de que maquinaria pesada está trabajando en su predio, tareas que habrían sido iniciadas con anterioridad a juzgar por el avance de las obras, que ya habían causado fuertes daños, talando árboles nativos endémicos sin el correspondiente plan de manejo, como el tepu, y procediendo, como en la ocasión anterior, a depositar las tierras removidas a escasos metros del citado estero.
Al personarse es informado de que los trabajadores están bajo la tutela de Forestal Mininco y que pretenden ensanchar el camino para sacar madera del predio de Wichelhaus, a lo que Alba se opone procediendo a expulsarlos alegando que se trata de una propiedad privada.
Según señala el recurso presentado, desde enero de 2015, dos enviados de la Forestal han tratado de convencer a Alba para terminar los trabajos y permitir el acceso de camiones, habiendo no obstante procedido a seguir ingresando al predio sin las pertinentes autorizaciones.
Además de las vulneraciones arriba
señaladas, el recurso sostiene que la
servidumbre gravada adolecería de nulidad absoluta, puesto que no cumple
con las normas de protección, fomento y desarrollo de indígenas, que establecen
que las tierras indígenas no podrán ser gravadas, enajenadas, embargadas o
adquiridas por prescripción a no ser que se trate de un acuerdo entre gente de
la misma etnia, que no es el caso.
En tanto que se resuelve el asunto,
en el que los denunciantes solicitan el cese inmediato de las acciones de
forestal Mininco y la reparación del
daño ambiental causado, se solicita a la Corte establecer la orden de no innovar y emplazar a
la Corporación Nacional Forestal (Conaf) a emitir un informe que
cuantifique los daños causados.
Fuente: El Ciudadano
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