LOS TIEMPOS QUE CORREN
Ignacio
Zuasnábar: Cree muy difícil que el
partido de gobierno caiga mucho más en la intención de voto porque está en su
piso
El Observador + - 15.08.2014, 05:00 hs
- ACTUALIZADO 08:08
Ignacio Zuasnábar analizó el "competitivo"
escenario electoral
La campaña
electoral está mostrando sorpresas, como la caída en la intención de voto al
Frente Amplio. Para el director de Opinión Pública de Equipos, Ignacio
Zuasnábar, de todas formas es poco probable que la izquierda caiga más porque
está en su piso. En entrevista con Leandro Gómez en El Observador TV, el
especialista dijo que el principal problema para el candidato Tabaré Vázquez es
que no está logrando conquistar votantes por fuera de sus fronteras naturales.
Aquí un resúmen de esa entrevista.
¿Cuál es la primera consideración que te merecen los números que presentó
el miércoles en Subrayado?
Es la confirmación de algunas cosas que habían sugerido el resultado de la interna y la primera encuesta post-interna. Si se quiere es una profundización de aguas cosas que estas pasando en el electorado uruguayo. Si bien se mantiene en sus trazos gruesos dos bloques parecidos en peso y en una estructura competitiva, en su sintonía fina hay elementos nuevos que son de consideración. Algunas que están por detrás de esos procesos como la evaluación de la imagen de los candidatos e incluso de preferencia de los electores.
Es la confirmación de algunas cosas que habían sugerido el resultado de la interna y la primera encuesta post-interna. Si se quiere es una profundización de aguas cosas que estas pasando en el electorado uruguayo. Si bien se mantiene en sus trazos gruesos dos bloques parecidos en peso y en una estructura competitiva, en su sintonía fina hay elementos nuevos que son de consideración. Algunas que están por detrás de esos procesos como la evaluación de la imagen de los candidatos e incluso de preferencia de los electores.
¿El 39% de Vázquez le sorprendió? ¿Cuánto influye que haya bajado del 40%?
Hay cuestiones más simbólicas y cuestiones más sustantivas. Desde el punto de vista estadístico la variación entre 42% y 39% es una variación que está dentro de los márgenes de error. No es estadísticamente significativa como tampoco lo es el crecimiento del Partido Nacional de 27% a 30%. No viene por ahí el asunto. Por eso lo simbólico de la barrera de los 40 hay que relativizarlo un poco. De todas formas si uno mira un proceso más de mediano plazo, en realidad este momento de 39% de intención de voto al FA no es solo una variación de tres puntos, sino una caída más profunda respecto a una zona de estabilidad en la que el Frente Amplio se había movido el año pasado y a principios de este año, que más bien estaba entre el 42 y el 45%. Entonces esta medición llama mucho la atención porque hay que irse muy atrás, a 2008. Eso en épocas no electorales. Y nunca el FA había estado por debajo del 40% en un contexto electoral desde el año 1999.
¿Qué pasa con el 13% de indecisos?
Hay cuestiones más simbólicas y cuestiones más sustantivas. Desde el punto de vista estadístico la variación entre 42% y 39% es una variación que está dentro de los márgenes de error. No es estadísticamente significativa como tampoco lo es el crecimiento del Partido Nacional de 27% a 30%. No viene por ahí el asunto. Por eso lo simbólico de la barrera de los 40 hay que relativizarlo un poco. De todas formas si uno mira un proceso más de mediano plazo, en realidad este momento de 39% de intención de voto al FA no es solo una variación de tres puntos, sino una caída más profunda respecto a una zona de estabilidad en la que el Frente Amplio se había movido el año pasado y a principios de este año, que más bien estaba entre el 42 y el 45%. Entonces esta medición llama mucho la atención porque hay que irse muy atrás, a 2008. Eso en épocas no electorales. Y nunca el FA había estado por debajo del 40% en un contexto electoral desde el año 1999.
¿Qué pasa con el 13% de indecisos?
En Subrayado
adelantó algo. Hay indecisos que no son indecisos de bando, por llamarlo de
alguna manera. ¿Cómo se puede explicar eso?
De ese 13% de indecisos, hay dos puntos que son votantes del Partido Nacional o del Partido Colorado. Están dudando si votar a Lacalle Pou o a Bordaberry. El Frente no muerde ahí. Cuando uno hace la cuenta en términos de bloques, el FA 39%, la suma del PN y el PC 43% más 2% que duda entre ellos dos, o sea un 45%. Después en los otros 11 puntos de indecisos hay cuestiones más combinadas. Hay 9% dudando entre varios partidos y hay dos o tres puntos que están dudando si van a votar en blanco o anulado, pero incluso alguno de ellos podría estar alimentando a alguno de los dos bandos.
De ese 13% de indecisos, hay dos puntos que son votantes del Partido Nacional o del Partido Colorado. Están dudando si votar a Lacalle Pou o a Bordaberry. El Frente no muerde ahí. Cuando uno hace la cuenta en términos de bloques, el FA 39%, la suma del PN y el PC 43% más 2% que duda entre ellos dos, o sea un 45%. Después en los otros 11 puntos de indecisos hay cuestiones más combinadas. Hay 9% dudando entre varios partidos y hay dos o tres puntos que están dudando si van a votar en blanco o anulado, pero incluso alguno de ellos podría estar alimentando a alguno de los dos bandos.
¿Efectivamente Lacalle Pou le está complicando la elección a los
colorados?
Larrañaga era un candidato más sencillo de enfrentar para Vázquez y para Bordaberry, no porque fuera peor candidato que Lacalle Pou, sino porque era un candidato más previsible. Ya había sido candidato, sus virtudes y sus defectos eran probablemente más conocidos. Era más fácil enfrentarse con un adversario al que le conocés si tiene una buena derecha o una buena pegada con la izquierda. Conocés sus movimientos. Lacalle Pou es todo una incógnita. A parte con una propuesta de campaña muy innovadora con esta campaña “por la positiva”, como que es difícil confrontar. Entonces, obviamente los niveles de incerteza, tanto del Partido Colorado como del Frente Amplio son mayores. Y ahí entre el Partido Nacional y el Partido Colorado hay un territorio de disputa que es muy claro porque pertenecen a la ‘misma familia’, pertenecen al mismo bando. Entonces, el muro que hoy separa a un elector del Partido Nacional y del Partido Colorado es muy bajito. Para algunos votantes todavía no. Prefieren estar muy lejos del muro y ni se arriman al muro. O son colorados o son blancos. Pero para otra parte de ese público, ese muro es bajito y pueden saltarlo con mucha comodidad, incluso en períodos de tiempo muy breves. En el transcurso de una campaña pueden saltar para un lado, volver para el otro, porque es una línea que está cada vez más difusa. Un muro grande es el que separa a estos dos con el FA. Pasar para el otro lado del muro no es tan sencillo, a la gente le cuesta más. Y si ya hace un esfuerzo y pasa para el otro lado del muro, es más difícil pensar que vuelva. Pero este otro muro, del Partido Nacional y el Partido Colorado se ha ido desdibujando, ha ido decreciendo, es cada vez más bajito y entonces ahí hay dinámica de campaña bien interesante, porque hay una zona de competencia entre el Partido Nacional y el Partido Colorado en esa frontera. Pero además necesitan cooperar entre sí para desplazar al otro bloque. Entonces, es conflicto y cooperación al mismo tiempo.
Larrañaga era un candidato más sencillo de enfrentar para Vázquez y para Bordaberry, no porque fuera peor candidato que Lacalle Pou, sino porque era un candidato más previsible. Ya había sido candidato, sus virtudes y sus defectos eran probablemente más conocidos. Era más fácil enfrentarse con un adversario al que le conocés si tiene una buena derecha o una buena pegada con la izquierda. Conocés sus movimientos. Lacalle Pou es todo una incógnita. A parte con una propuesta de campaña muy innovadora con esta campaña “por la positiva”, como que es difícil confrontar. Entonces, obviamente los niveles de incerteza, tanto del Partido Colorado como del Frente Amplio son mayores. Y ahí entre el Partido Nacional y el Partido Colorado hay un territorio de disputa que es muy claro porque pertenecen a la ‘misma familia’, pertenecen al mismo bando. Entonces, el muro que hoy separa a un elector del Partido Nacional y del Partido Colorado es muy bajito. Para algunos votantes todavía no. Prefieren estar muy lejos del muro y ni se arriman al muro. O son colorados o son blancos. Pero para otra parte de ese público, ese muro es bajito y pueden saltarlo con mucha comodidad, incluso en períodos de tiempo muy breves. En el transcurso de una campaña pueden saltar para un lado, volver para el otro, porque es una línea que está cada vez más difusa. Un muro grande es el que separa a estos dos con el FA. Pasar para el otro lado del muro no es tan sencillo, a la gente le cuesta más. Y si ya hace un esfuerzo y pasa para el otro lado del muro, es más difícil pensar que vuelva. Pero este otro muro, del Partido Nacional y el Partido Colorado se ha ido desdibujando, ha ido decreciendo, es cada vez más bajito y entonces ahí hay dinámica de campaña bien interesante, porque hay una zona de competencia entre el Partido Nacional y el Partido Colorado en esa frontera. Pero además necesitan cooperar entre sí para desplazar al otro bloque. Entonces, es conflicto y cooperación al mismo tiempo.
¿Es posible que Lacalle Pou pelee el primer puesto en octubre?
Es difícil imaginar eso. Es impensable que el Frente caiga por debajo de estos números que se muestran hoy. El Frente Amplio parte de un núcleo electoralque es entre el 35% y 40% de los electores. Ese es un núcleo duro. Duro, duro, pero de camiseta, dura.
Es difícil imaginar eso. Es impensable que el Frente caiga por debajo de estos números que se muestran hoy. El Frente Amplio parte de un núcleo electoralque es entre el 35% y 40% de los electores. Ese es un núcleo duro. Duro, duro, pero de camiseta, dura.
¿El Frente Amplio (FA) entonces está en su piso, más o menos?
En la estructura política de hoy está en su piso. El FA está teniendo la capacidad de retener los votantes que se identifican con el Frente Amplio y muy poca capacidad de convencer a votantes que nos son frenteamplistas. Muchos de ellos pueden haber votado al FA en el 2009, incluso también en el 2004, pero no son frenteamplistas por identidad. Entonces, son votantes frenteamplistas por opción coyuntural. Porque fueron seducidos, convencidos, enamorados y optaron por una propuesta política en 2004, por una propuesta política en 2009. Pero hoy no sienten que están modificando su identidad si votan en otro lado. Sólo por dar un dato: si tomamos a los uruguayos que votaron al Frente Amplio en 2009 y que son de centro, la mitad de ellos vuelve a votar al Frente Amplio, pero la mitad hoy no está votando al Frente Amplio.
En la estructura política de hoy está en su piso. El FA está teniendo la capacidad de retener los votantes que se identifican con el Frente Amplio y muy poca capacidad de convencer a votantes que nos son frenteamplistas. Muchos de ellos pueden haber votado al FA en el 2009, incluso también en el 2004, pero no son frenteamplistas por identidad. Entonces, son votantes frenteamplistas por opción coyuntural. Porque fueron seducidos, convencidos, enamorados y optaron por una propuesta política en 2004, por una propuesta política en 2009. Pero hoy no sienten que están modificando su identidad si votan en otro lado. Sólo por dar un dato: si tomamos a los uruguayos que votaron al Frente Amplio en 2009 y que son de centro, la mitad de ellos vuelve a votar al Frente Amplio, pero la mitad hoy no está votando al Frente Amplio.
Es un típico votante de centro independiente que en 2009 votó al FA.
Hoy la mitad dice que no va a votar. Algunos están dudando, otros dicen que van a votar en blanco o anulado porque están molestos y hay que ver si mantienen su molestia. Ahí hay un problema. El Frente Amplio no está logrando ir más allá de su frontera natural, mientras que blancos y colorados están por encima de su frontera natural y llegan a sectores externos a su público ‘definido por camiseta’.
Hoy la mitad dice que no va a votar. Algunos están dudando, otros dicen que van a votar en blanco o anulado porque están molestos y hay que ver si mantienen su molestia. Ahí hay un problema. El Frente Amplio no está logrando ir más allá de su frontera natural, mientras que blancos y colorados están por encima de su frontera natural y llegan a sectores externos a su público ‘definido por camiseta’.
En la encuesta primero pregunta de manera abierta a quién votaría. Si no
contestan, da opciones. ¿Cuántos plantean su orientación en la primera
pregunta?
La enorme mayoría de los uruguayos responde la pregunta primera. El 70% lo hace de manera espontánea. Después hay un 15% que manifiesta orientación en una segunda respuesta. Esto es interesante porque los indecisos son 13%, pero los votantes potencialmente móviles son casi el doble. Puede llegar al 30%. Es gente que hoy dice voy a votar al Partido Nacional, al Partido Colorado, al Frente Amplio, pero no está totalmente seguro de que no vaya a modificar su voto en la campaña. Lo que están totalmente seguros son un 70%. El resto hay un 15% que está orientado pero puede llegar a cambiarlo y un 13% que todavía no ha tomado definición. Por eso, con este 30% hay mucha tela para cortar de cara al escenario de octubre.
La enorme mayoría de los uruguayos responde la pregunta primera. El 70% lo hace de manera espontánea. Después hay un 15% que manifiesta orientación en una segunda respuesta. Esto es interesante porque los indecisos son 13%, pero los votantes potencialmente móviles son casi el doble. Puede llegar al 30%. Es gente que hoy dice voy a votar al Partido Nacional, al Partido Colorado, al Frente Amplio, pero no está totalmente seguro de que no vaya a modificar su voto en la campaña. Lo que están totalmente seguros son un 70%. El resto hay un 15% que está orientado pero puede llegar a cambiarlo y un 13% que todavía no ha tomado definición. Por eso, con este 30% hay mucha tela para cortar de cara al escenario de octubre.
La izquierda ha construido la idea de que hay dos bloques: la izquierda y
la derecha. ¿Esa construcción le ayuda en un escenario de balotaje?
Este tema de los dos bloques está instalado en el electorado uruguayo. Lo que ha jugado a favor del FA en las dos veces que hubo segunda vuelta (1999 y 2009) es que hubo entre un 10% y un 15% de votantes del partido tradicional perdedor que votó al candidato del FA. Pasó con un 10% de blancos que no votaron a Jorge Batlle en 1999 y una cifra similar que en 2009 no votó a Lacalle Herrera. Por más que eso es un bloque gruesamente hablando, no es un bloque monolítico. Tiene pequeñas filtraciones del partido más chico que se alternó entre los dos bloques, pero que por más que sea un porcentaje pequeño –que juega doble porque se suma en uno y se resta en el otro- terminan generando una ventaja al FA.
Este tema de los dos bloques está instalado en el electorado uruguayo. Lo que ha jugado a favor del FA en las dos veces que hubo segunda vuelta (1999 y 2009) es que hubo entre un 10% y un 15% de votantes del partido tradicional perdedor que votó al candidato del FA. Pasó con un 10% de blancos que no votaron a Jorge Batlle en 1999 y una cifra similar que en 2009 no votó a Lacalle Herrera. Por más que eso es un bloque gruesamente hablando, no es un bloque monolítico. Tiene pequeñas filtraciones del partido más chico que se alternó entre los dos bloques, pero que por más que sea un porcentaje pequeño –que juega doble porque se suma en uno y se resta en el otro- terminan generando una ventaja al FA.
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