LA TRAGEDIA DE NO SABER COMO
Los fiascos de Mujica
Cuando se
acercan las elecciones naturalmente aparecen los balances de gestión. En este
caso, claramente, el balance de la administración Mujica perjudica las chances
electorales del Frente Amplio. Hay una gran decepción ciudadana por lo mucho
que se prometió y lo poco que se cumplió en temas relevantes para el futuro del
país.
El País Editorial lun sep 1 2014
Primero está la
gran promesa que ilusionó a todos: educación, educación, educación. Retumban
lejanas las palabras del presidente en el Parlamento el día de su asunción. No
pasó nada. Al contrario, los resultados de las pruebas PISA de 2012 fueron
peores que los de 2009. Los paros se acumularon estos años en la enseñanza
pública y no siempre por motivos atendibles y valederos. El presupuesto siguió
aumentando pero la sensación fue de falta de ejecutividad y cambios eficientes
en la administración de la enseñanza. Fue la decepción más grande y sobre todo,
la que más perjudica a los que menos tienen. Porque son los hijos de las clases
populares, más que cualquier otro, los que precisan de una educación pública de
calidad para poder salir adelante.
Segundo, las
promesas de grandes obras que nunca llegaron. Cada vez los anuncios pomposos
despertaron la ilusión de un progreso sostenido y de una mayor bonanza para
todos. Está el caso de AFE: Mujica insistió en inversiones extranjeras -chinas,
coreanas, rusas, vascas públicas, etc.- para desarrollar el ferrocarril y bajar
así los costos logísticos que pesan sobre la productividad de los frutos del
país. Pero no pasó nada. En cinco años la administración Mujica fue incapaz de
conducir con éxito la modernización de AFE.
Está también el
asunto del puerto de aguas profundas en Rocha. Que interés chino, que interés
brasileño, que consultas con Bolivia y Paraguay, que compra de tierras, que
distintos lugares previstos, que mapa de Ancap a Putin para que vea bien dónde
queda, que necesidad estratégica... Pero fue otro tema que quedó en nada. La
verdad es que nunca hubo carga asegurada para hacer rentable esa gran
inversión. Lo demás fueron ilusiones mentirosas.
Ilusión también
ha sido aquel instrumento de las participaciones públicas- privadas que parecía
resolvería los problemas de inversión en infraestructura. Nada pasó en la
realidad. Es más: hoy se hacen piquetes en el interior por causa del deplorable
estado en el que se encuentran las rutas. El futuro gobierno sufrirá un déficit
pavoroso de inversiones en este sentido, lo que perjudicará gravemente al
Uruguay productivo.
Otra Ilusión
fue "la tercera pastera en el este". El presidente llegó a comentar
el proyecto a distintos intendentes de esa zona del país. Titulares, anuncios,
certezas de una gran inversión internacional. Pero al final no pasó nada. Se
repitió aquí el mecanismo de siempre: proposiciones que luego no se cumplen,
como con el caso de la reforma del Estado. De vuelta, grandes titulares,
críticas presidenciales a la desidia de los funcionarios públicos, amagues de
ponerse firme para bajar el costo estatal, pero al final tampoco pasó nada.
Solo una ley que no modificó nada esencial y, por otro lado, un aumento
vertiginoso de la plantilla de funcionarios públicos para que el Frente Amplio
hiciera clientelismo político.
Sobre lo que
dio fama mundial al presidente Mujica: la liberalización de la producción de
marihuana. Se planteó luego de una enorme crisis de seguridad pública. Demoró
años en traducirse en ley. Finalmente, no quedó en nada sustancial, porque el
organismo en cuestión no tiene recursos presupuestales para llevar adelante su
tarea y porque la propia izquierda está dividida en avanzar en esta iniciativa.
Alguno ha ido en estos días al correo a anotarse para poder plantar marihuana
en su casa (son de los que creen que la información será tratada con la debida
confidencialidad). Pero, en todo caso, esto no es la reforma prometida y
mundialmente famosa.
A Vázquez le
está costando seducir al electorado para renovar la confianza en un gobierno de
izquierda. No es para menos, cuando se ve la gravedad de los temas que
decepcionaron a los uruguayos por parte de esta administración Mujica, y cuando
además Vázquez reivindica esta administración. Pero el mayor desengaño fue la
promesa de 2012 de mejorar la convivencia ciudadana enfrentando el problema de
la inseguridad. En 2014 todo está mucho peor. Ese ha sido el peor fiasco de
Mujica.

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