Kaos en la Red / Por La voz del pueblo no es ilegal - Publicado en: 29 marzo, 2015
Crónica en primera persona sobre la represión al final
de la manifestación de “Las Marchas de la dignidad” el pasado sábado 21 de
Marzo en Madrid.
Una vez más, este sábado 21 de marzo
volvimos a la calle junto a las Marchas de la Dignidad llegadas a Madrid desde
diferentes puntos de la península. Y de nuevo, hemos podido comprobar algo ya
conocido por muchxs y a la vez ignorado por otrxs tantxs: los constantes
atropellos a la farsante e irreal Constitución Española y sus derechos
fundamentales por parte de las fuerzas represivas y del propio Gobierno.
Esa tarde, 21 de marzo de 2015,
pudimos vivir como diversos artículos (15, 16, 17, 18, 19, 20, 21…) de esta
farsante Constitución, creada en 1978, fueron violados, apuñalados y
abandonados en un pozo sin fondo desangrándose
.
Miles de caminantes recorrían el
centro de Madrid procedentes de todos los territorios del estado, convocadxs
por las Marchas. La lucha obrera y social por la dignidad es legítima, así lo
decía su lema: “Pan, trabajo, techo y dignidad”. En esta ocasión, el 21M no era
el objetivo final; la lucha se enfoca hacia la Huelga General que se convocará
en el próximo mes de octubre.
Este gran acontecimiento popular (y
como su propio nombre indica, “digno”) ha sido totalmente ignorado por la
prensa burguesa estatal en comparación con las movilizaciones de 2014. La
prensa ha hecho oídos sordos y ojos ciegos, dando protagonismo a las elecciones
andaluzas y todo el juego electoral del sistema. Ha obviado la lucha obrera,
criminalizándola a través de hechos puntuales. Hechos que pude vivir en primera
persona y que quiero relataros.
La tarde transcurrió con una marcha pacífica
al grito de diferentes consignas y llena de banderas de distinto colorido.
Llegamos a la Plaza de Colón y lxs representantes de las distintas columnas de
marchantes leyeron sus discursos y manifiestos, explicando sus pretensiones.
Hacia las 20:00 horas se daba por finalizada la Marcha de la Dignidad desde los
altavoces instalados en dicha plaza. La organización tenía un cordón de
seguridad para evitar que se produjeran disturbios innecesarios. Pero tras
darse por finalizada la marcha oficialmente por megafonía, empezó el ataque a
los derechos humanos.
Un bloque de unas 300 personas
antifascistas mantuvimos la movilización un tiempo más, ante el corte de la
calle Génova por los antidisturbios. Poco después, nos retiramos de la zona
coreando cánticos en favor de lxs represaliadxs y contra el fascismo y el
capitalismo. Antes de iniciar la marcha, hicimos un reconocimiento de la
situación. Los antidisturbios tenían las calles absolutamente bloqueadas;
aunque la teoría dice que deben dejar una calle libre para evitar posibles
aglomeraciones peligrosas.
El Paseo de Recoletos estaba bordeado
de furgones de antidisturbios en ambos sentidos. La comitiva iba precedida de
otros tantos y otra nutrida jauría de furgones se sumó a nuestras espaldas, en
posición amenazante. Para asombro de la mayoría, todos los furgones encendieron
las sirenas. Llegamos a Cibeles y los furgones escoba empezaron a acelerar,
obligando a acelerar la marcha también. Ante está ratonera que no presagiaba un
final agradable, el grupo decide enfilar hacia Gran Vía, por donde avanzamos
cortando el tráfico al grito de “libertad detenidxs por luchar” y
“anticapitalistas”.
Una línea de furgones nos pisa los
talones. El nerviosismo se acentúa cuando antidisturbios empiezan a bajar de
sus furgones preparados para cargar contra el grupo. Y ocurrió lo que debía
ocurrir: nos defendimos. ¿Caímos en provocación? Sí, pero no nos quedaba otro
camino. Nuestra defensa “violenta” no es gratuita: no nos quedaba otro camino.
Se cruzaron algunos contenedores
entre la policía y nosotrxs, y una sede de Bankia fue atacada. Mientras, un
enorme dispositivo de antidisturbios espera a nuestra manifestación espontánea
a la altura de la calle Montera. Allí la policía carga sin miramientos contra
el grupo, obligándolo a dispersarse en dirección al sur. Decenas de furgones y
cerca de un centenar de antidisturbios a pie toman la Puerta del Sol.
Para que se sepa la verdad, he de
puntualizar, ya que la prensa no lo dice: NO!! (Rotundamente), NO se atacaron
comercios. Se atacaron entidades bancarias culpables de dejar a la gente en la
absoluta miseria y de asesinatos mal llamándolos suicidios, como Bankia y Banco
Santander. Es cierto que se dañó mobiliario de algunas terrazas, pero porque es
la única defensa que tenemos ante sus pelotas de goma, sus porras y su abuso
policial.
Todo esto sucedía en torno a las
21:30 de la noche. Intentamos poner calma, pero no conseguimos tranquilizar el
nerviosismo generado por los antidisturbios, y no se pudo evitar la ruptura del
grupo.
En este punto, llegamos al peor
momento visto en estos tiempos. La policía y su ejército de secretas e
infiltradxs, ocupando las aceras completamente y extendiendo sus porras
extensibles, acosaron, persiguieron y emboscaron a un grupo de jóvenes, a muchxs
de lxs cuales tienen ilegalmente fichadxs para nutrir de imágenes a los
telediarios que hacen propaganda asustaburgueses de lo terrible que sería la
alternativa a su corrupto sistema.
A nuestra costa (estos ejercicios de
fascismo los pagamos lxs contribuyentes), la Delegada de Gobierno, Cristina
Cifuentes, había llenado la ciudad de robocops, rifle en mano, que perseguían
impunemente a ciudadanxs por toda la urbe, en una orgía de violencia, terror y
fascismo.
Lxs turistxs parecían no entender
nada. Se preguntaban si estarían en alguna dictadura asiática o si había vuelto
Franco.
En pequeños grupúsculos, intentamos
salir del paso de la mejor manera. Algunxs nos reorganizamos en otro punto de
la zona, evitando las intensas cargas y las “búsquedas de enemigxs del
sistema”. A mí y lxs compañerxs de mi grupo, nos salvó una casualidad planeada.
Pero otrxs no tuvieron tal suerte. Un grupo fue emboscado en calles estrechas.
Tras cerrar el tráfico en varias
calles por los alrededores de Sol y La Glorieta de Jacinto Benavente, zona
altamente turística, un ejército de policías emboscó a este grupo de jóvenes,
desarmadxs e indefensxs. La policía apaleó sin piedad al grupo de jóvenes
desarmadxs y aterrorizadxs, que estaban de rodillas contra una pared. Algunxs
eran menores de edad. La injustificable violencia que la policía desató, es
digna de la peor dictadura autoritaria.
Lxs pocxs que pudimos, llegamos al
lugar donde lxs estaban apaleando. La policía nos impedía ver lo que estaba
pasando, con sus furgones y formando un cordón policial desmesurado. Era
escalofriante escuchar los gritos de lxs jóvenes apaleadxs, pidiendo ayuda
mientras eran ocultadxs por las furgonetas.
Todo aquello fue una grave afrenta a
la libertad de prensa. Se impidió en todo momento que la prensa registrase
imágenes y la policía se negaba a dar cualquier información sobre el estado de
las personas retenidas. Hubo mucha dificultad para grabar las actuaciones
policiales e informar libremente. Todas las personas que nos encontrábamos en
el lugar estábamos vigiladas de cerca por una centena de UIP y no teníamos
constancia ni del número de personas retenidas ni de los sucesos que ahí
estaban ocurriendo…
Pasada más de una hora llega mucha
prensa y nos enteramos de que llega otro furgón policial, pero ignoramos si
será para trasladar a las personas que siguen retenidas aquí, en la calle La
Paz, entre Sol y Jacinto Benavente.
A la hora del telediario, las redes
sociales ironizan con las cargas policiales, todo un clásico… lamentable
costumbre que una vez más se repitió. Las cargas policiales comenzaron minutos
antes de que dieran comienzo los principales telediarios, para variar, cuando
muchxs de lxs manifestantes aún no habían abandonado las proximidades de la
Plaza de Colón. “La hora de la Represión” estaba servida a todos los
Telediarios.
Llama la atención que lo más
subrayado de la poca difusión que dio la prensa a lo ocurrido, es que el grupo
de antifascistas no pertenecía a las marchas. Pero cuando eres unx de ellxs y
tienes a tu lado a gallegxs, catalanxs, castellanxs… Quedan en evidencia tales
difamaciones incriminatorias.
No se sabe qué pasará con las
personas retenidas, si finalmente serán detenidas. Iban caminando por la calle
y han sido cercadas por la policía.
En esos momentos nos informan que en
la Calle Mayor hay al menos una persona detenida que fue abordada por policías
de paisano. Esta persona queda retratada en una cruda foto donde se puede ver
su cabeza en el suelo y la rodilla de un “protector de la seguridad” en su
pómulo.
Los furgones tapan la calle La Paz,
pero unx fotoperiodista nos confirma que las retenidxs siguen acorraladxs,
arrodilladxs y con las manos en la pared. La policía abre la puerta de los
furgones para que no veamos lo que pasa. Empiezan a llevarse detenidxs y son trasladadxs
entre gritos de apoyo y golpes a los furgones que les privan de su libertad.
Se retira por completo la UIP y lxs
presentes nos acercamos al lugar de los hechos. Acercarme me hundió.
Encontramos gasas con sangre, guantes del personal sanitario y lo que es más
grave, restos de tubos de intubación. Nos temimos lo peor. Mis sentimientos
derivaron en una gran impotencia por no haber tenido la fuerza suficiente para
sacarlxs del callejón, costará lo que costara.
Lxs sanitarixs mantuvieron la boca
cerrada y no dieron información alguna de lo ocurrido. Las cámaras de Radio
Televisión Española no querían grabar los restos de sangre de la brutal
agresión. Les increpamos por ello y lo hicieron. Eso parecía, porque luego se
demostró que la grabación no fue real.
Tal era la desinformación a la que
nos enfrentamos, que no sabíamos ni quiénes estaban detenidxs, ni cuántxs, ni
el estado de salud de ningunx. Sólo que había presencia de furgones y
ambulancias en el hospital Doce de Octubre. Se rumoreó que había 30 detenidxs,
luego eran 20… Pero realmente fueron 17, tres de ellxs menores.
A esas horas, 22:15, el diario El
País tenía el nombre e historial policial de una de lxs detenidxs.
Probablemente antes de que su abogadx y su familia supieran incluso dónde estaba;
esta es la triste realidad. Mientras, algunxs testigxs denuncian la brutalidad
policial empleada en dicha detención.
Así de difícil y costosamente se
cerraba esta triste jornada, llena de incertidumbre. Pero renovamos los dos
días siguientes, en las puertas de los juzgados de Plaza de Castilla. Unas 50
personas nos manifestamos al grito de “contra su represión, nuestra
solidaridad” apoyando a lxs compañerxs luchadorxs y evitando el circo mediático
de la prensa.
Hablando directamente con lxs
detenidxs y gracias a las escasas e impactantes grabaciones de lo ocurrido,
hemos podido saber la crudeza de lo que han vivido.
Hemos podido conocer cómo a unx
compañerx detenidx le han roto un dedo en comisaría al grito de: “negro de
mierda”. Ataques de asma ignorados hasta que llegó a la máxima gravedad y
trajeron Ventolín. Brechas grandes en la cabeza a unx compañerx… Sin olvidar
que TODXS fueron golpeadxs en prisión dejando sus espaldas moradas.
El domingo 22, supimos que soltaron a
lxs tres menores detenidxs en las mismas puertas de los juzgados. Lxs cuales
fueron puestxs ante la fiscalía de menores con distintos cargos irreales.
Un dato nuevo, desconocido hasta
entonces, fue que hubo 57 retenidxs separados en bloques a lo largo de aquella
tarde. Los represores fueron soltándolxs al azar, pero quedándose sus efectos
personales. Tales como las propias llaves de casa, mecheros, etc…
A las 13:39 había una alta presencia
de antidisturbios ante los juzgados. Se produjeron enfrentamientos con ellos…
¿Acaso no tuvieron suficiente?
Con todxs nuestrxs compañerxs puestas
en libertad, contando los irreales cargos de los que se les quiere acusar, la
tensión concluyó. Los represores abandonaron el lugar ridículamente, sacándome
el dedo por la ventanilla, por el enganchón… Penoso.
Para acabar esta crónica, me gustaría
contar testimonios reales contados por periodistas y compañerxs torturadas.
Tales como, estas frases dichas por antidisturbios:
- “Juntemos las porras y peguemos a
los guarros”. Dicho justo en el momento en que lxs retenidxs estaban de
rodillas en el suelo.
- “Una carrera rápida, damos unos
palos y volvemos”
- “Os vamos a quitar las ganas de
manifestaros”
Para acabar unas reflexiones más que
curiosas…
- ¿¿Por qué tanto oído sordo a la voz
del pueblo en las calles??
- Una hora antes de la conclusión del
acto político…había un hospital de campaña montado, ¿casualidad? Dejadme
dudarlo.
- Si todo fuera al revés se estaría
hablando de intento de homicidio. Particularmente, para mí esto lo ha sido y no
quiero que quede impune.
¡¡abajo los muros de las prisiones!!
¡¡la fuerza del obrero la
solidaridad!!
¡¡exigir nuestros derechos no es un
delito!!
¡¡la lucha sigue cueste lo que
cueste!!
Fuente: Kaos en la Red
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