El Clarín.cl / Escrito por Paul
Walder - Publicado el 18 Abril 2015
La idea que ya
ha penetrado el espectro político de la Nueva Mayoría es que hay una crisis
institucional. Se trata de un trance que apunta al corazón mismo de nuestro
sistema presidencialista: porque no es lo mismo que tres ministros o un tercio
del Parlamento esté relacionado con los casos de corrupción, a que la
presidenta también esté tocada por el fenómeno, comenta el presidente del
Partido Comunista, Guillermo Teillier.
Se trata de un
momento en extremo delicado, en el cual las propuestas de salida cruzan o
consideran reflotar a la figura presidencial. Sin una recuperación del
liderazgo de Bachelet la crisis seguirá un curso impredecible.
La presidenta
inició abril con los peores niveles de apoyo desde su llegada a La Moneda en
2014. Una aprobación que se diluye pero que suma, además, algo inédito: un
aumento sostenido en los niveles de rechazo. La figura otrora incombustible de
Bachelet ha perdido atributos fundamentales como su cercanía y credibilidad. La
encuesta Cadem le daba un escaso 27 por ciento de aprobación hacia finales de
marzo, y un 63 por ciento de rechazo. Adimark, en tanto, le otorgaba un 31 por
ciento de apoyo y un 61 por ciento de desaprobación hacia la misma fecha. Este
periodo, marcado por los escándalos de corrupción de Penta, Soquimich y Caval,
coincidió con diversas catástrofes, desde la erupción del volcán Villarrica, el
incendio en Valparaíso y La Araucanía y las inundaciones en Atacama. La
presencia en terreno de la presidenta no logró revertir la caída de su imagen.
Cadem registró que el 64 por ciento reprobó la acción del gobierno tras el
desastre del norte.
Hubo, sin
duda, otro episodio que reflejó la gravedad del fenómeno que afecta a la
Presidencia. El rumor sobre la renuncia de Bachelet recorrió hacia finales de
marzo y comienzos de abril los circuitos y redes sociales de la clase política
y sus satélites, una espiral del silencio que si bien el gobierno intentó
cortar, generó otros diversos efectos perjudiciales. Durante un desayuno off
the record en La Moneda con corresponsales extranjeros, en el cual Bachelet
aclaró y enfatizó que jamás ha pensado en renunciar, deslizó sus críticas a la
prensa nacional, a la que responsabilizó de informar sobre la base de rumores.
En su comentario, Bachelet no aludía al duopolio, sino a los medios
independientes.
Señaló, según
transcribió La Tercera: “Un comentarista dijo que yo había renunciado a la
Presidencia de la República y se lo preguntó a alguien. Las redes sociales el
sábado decían que yo estaba reunida con mis ministros porque estaba
renunciando, y yo estaba en Diego de Almagro y en Tierra Amarilla. Entonces,
creo que hemos llegado a un periodismo del rumor y hemos llegado a un
periodismo un poquito preso de las redes sociales. (…) la gente, imagínese: ‘la
presidenta renunció’, ese es un quiebre institucional. Por si acaso, si alguien
tiene dudas, yo no he renunciado y no pienso hacerlo, ni siquiera sé cómo se
haría constitucionalmente. No, yo no he pensado en renunciar de ninguna
manera”.
Bachelet se
refería a Tomás Mosciatti en una entrevista a Camilo Escalona, alusión que
horas más tarde desató todo tipo de reacciones por las redes sociales. Desde
quienes acusaban al periodista de sedición a una defensa corporativa, con el
silencio del duopolio, a la función de la prensa y del periodismo de
investigación. Aquella noche los periodistas Daniel Matamala y Mónica Rincón
expresaron su molestia en CNN por las declaraciones y acusaciones a la prensa
hechas por la mandataria. Es probable que este tipo de intervenciones siga
afectando negativamente a Bachelet. Ha perdido su aura de figura intocable y ya
es objeto de críticas directas, lo que quedó demostrado con la respuesta que le
dedicó Mosciatti días más tarde.
En un
comentario de siete minutos, Mosciatti reivindicó la función del periodismo de
investigación, sin el cual se conocería poco o nada de los casos de corrupción
que hoy remecen al país. En su relato, recordó cuando en febrero fuerzas
ocultas, que no fueron simples “rumores”, intentaron sacar de las
investigaciones de la arista Soquimich al eficiente fiscal Carlos Gajardo, en
tanto finalizó enfatizando que seguirán informando “en contra de la campaña que
dice que un rumor no es información”.
LA MAYOR
CRISIS DESDE EL FIN DE LA DICTADURA
Al rumor de
renuncia, el que según la prensa ha sido un malentendido surgido de una reunión
con Anatel el 22 de marzo pasado, oportunidad en la cual Bachelet habría dicho
que renunciaría si así resolviera la crisis, le han sucedido otros, que
especulan con riesgos y amenazas a todo el sistema democrático. La percepción
que ronda es de un país atascado en la mayor crisis desde el fin de la
dictadura y cuya solución es difícil de aplicar.
Es lo que se
percibe de las propuestas para frenar la crisis, que parecen como simples ideas
o acciones sin destino. El jueves 9 de abril los partidos de la NM y la Alianza
suscribieron un acuerdo sobre probidad y transparencia para separar el dinero
de la política, una iniciativa que en conjunto con la Comisión Asesora
Presidencial (o Comisión Engel) contribuya a salir del atolladero. Bajo este
consenso, los líderes de los principales partidos destacaron el “liderazgo” de
la presidenta Bachelet como “articuladora” de iniciativas para generar un nuevo
marco institucional.
Un acuerdo de
esta naturaleza parece extemporáneo y superficial. De partida, no tendrá
efectos retroactivos, por lo cual no podrá sancionar ni obligar a renunciar a
los políticos corruptos. Además, es muy probable que su desarrollo se vea
obstaculizado por el devenir de los múltiples casos de corrupción que están en
curso en los tribunales. Es como ofrecer el medicamento antes de tener claro el
diagnóstico. Nadie puede saber cuántos políticos y empresarios más aparezcan en
las investigaciones durante las próximas semanas y meses.
El mayor
obstáculo, la inviabilidad de un acuerdo de este tipo, es que no tiene
suficiente fuerza política para cambiar un proceso histórico malogrado. Al
considerar que la raíz de los males en la política está en la dictadura y la
transición diseñada por Jaime Guzmán -la que fue aceptada y reforzada por la
Concertación-, es muy difícil que un pacto entre actores favorecidos por ese
sistema logre alterar la esencia de un periodo que ya tiene más de 25 años.
CAVAL EN LA
CRESTA DE LA OLA
El diputado DC
René Saffirio, en una entrevista a CNN el 10 de abril, expresó su molestia
tanto por los obstáculos puestos por el gobierno ante la Comisión Investigadora
de la Cámara para el Caso Caval y manifestó su desconfianza al acuerdo de los
presidentes de partido para poner coto a la crisis. Sobre el freno a las
investigaciones, dijo que “se quiere aplicar el mismo criterio sesgado de la UDI
con Penta. Yo no lo comparto. Eso es un doble estándar en materia de
corrupción. Cuando hay que investigar de corrupción hay que investigar
independientemente de quiénes sean los responsables de los eventuales ilícitos.
Cuando se cree en la justicia, en las facultades fiscalizadoras del Poder
Ejecutivo, esas facultades hay que ejercerlas porque estamos viviendo una
crisis profunda que evidentemente no se va a resolver con la declaración de
seis presidentes de partido, sino que con mucha generosidad, mucho respeto y
sobre todo, con mucha conciencia de que estamos en una crisis profunda”.
La idea de
quienes firmaron ese acuerdo es que sea presentado por la presidenta junto al
informe de la Comisión Engel. Sería otra gran reforma, señala el diputado
Teillier. Un acuerdo que requiere, como se ha visto, de una recuperación de la
alicaída imagen presidencial.
Esta es una
constatación que preocupa a la NM y que ninguna acción del gobierno ha logrado
revertir. Es por ello que reclaman ante el gobierno que la presidenta haga un
gesto público, una especie de mea culpa institucional para alterar el curso de
la crisis. “Que la presidenta tenga una voz clara y firme respecto a todo esto
y que hable a nombre del país”, comenta Teillier. Que lo haga cuando reciba el
informe de la Comisión Engel el 24 de abril, o para la cuenta del 21 de mayo,
propone otro presidente de partido.
Estas
declaraciones e ideas son una clara expresión de la profundidad de una crisis
que no da señales de amainar. Muy por el contrario, los tres frentes en
investigación, Penta, SQM y Caval, amenazan con profundizar y extender aún más
el trance. Y la presidenta en medio de ello.
Durante estas
semanas se abren nuevas investigaciones en el caso Penta con la formalización
por parte de la Fiscalía a ocho políticos. Junto a los miembros de la UDI
(Jovino Novoa, Ena von Baer, Iván Moreira, Laurence Golborne, Pablo Zalaquett y
Felipe de Mussy) y Alberto Cardemil, de Renovación Nacional, será formalizado
el ex ministro de Hacienda del anterior gobierno de Bachelet, Andrés Velasco.
Si esta
formalización toca principalmente a la derecha, el caso Caval apunta
directamente a la presidenta. Y a partir de ahora, junto a la Fiscalía se suma
la investigación de la Cámara de Diputados, que aprobó la creación de una
comisión especial por 58 votos a favor, sólo nueve en contra y cinco
abstenciones.
El caso Caval
crece semana tras semana. Una investigación publicada en Qué Pasa y El
Mostrador reveló que Natalia Compagnon tuvo otras reuniones con Andrónico
Luksic, el dueño del Banco de Chile. Según estos medios, la cita para gestionar
el crédito de 6.500 millones de pesos a la empresa Caval fue solo la primera de
varias reuniones. A partir de entonces, Compagnon asumió la función de asesora
de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), una de las empresas de Luksic. En
su declaración ante el fiscal, informa La Tercera, la nuera de la presidenta
habría reconocido cuatro reuniones con Andrónico Luksic y reveló tener otros
dos socios, ambos operadores políticos de la UDI.
CRITICA DURA A
MICHELLE
Entre quienes
votaron a favor de la comisión investigadora del caso Caval estuvo el diputado
DC Saffirio. “Aquí -dice en aquella entrevista- hay miedo del gobierno. Aquí
hay miedo a la verdad. Hay muchas otras personas involucradas. No tengo porqué
pensar que sean solo Penta y Soquimich las únicas empresas involucradas, o que
los parlamentarios mencionados sean los únicos. Es absurdo pensarlo así. Yo
creo que en Caval hay un conjunto de situaciones que todavía no conocemos, no sabemos
si las únicas reuniones con Luksic fueron las relacionadas con el crédito para
comprar el predio de Machalí. No dejo fuera de sospecha a la presidenta. No me
parece sostenible que se haya enterado por la prensa”.
Ante este
ambiente turbio, el 12 de abril Bachelet dio una entrevista a TVN y habló sobre
el negocio de su nuera. Muchos medios al día siguiente titularon: “Soy una
persona honesta, nunca he aprovechado el cargo”. No es predecible qué efectos
tendrá en su imagen esta nueva estrategia comunicacional, pero lo cierto es que
este tipo de explicaciones confirman que la presidenta perdió su aura
carismática.
Toda crisis es
también una oportunidad. Para ello, sin embargo, es necesario dejar fluir.
Purgar para sanar. Es en este contexto, de una crisis sistémica que abarca
desde el modelo neoliberal, el empresariado y hasta la misma Presidencia, que
la ciudadanía ha comenzado a pensar que la única salida está en un verdadero
cambio de modelo. La citada encuesta Cadem hizo la pregunta sobre el cambio: un
77 por ciento estimó que Chile requiere de una nueva Constitución y un 60 por
ciento dijo que debe ser mediante una Asamblea Constituyente. Cada día que pasa
se suman más voces a esta posibilidad. Es tal vez la oportunidad que Chile
necesita.
Fuente: El Clarin.cl
http://lascotidianasdeenrique.blogspots.com
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