Ancap de El Pinar.
Foto: L. Carreño.
Sobre las 18:00 horas del pasado sábado, el teléfono de Susana sonó en su
comercio. Del otro lado una voz firme pero educada saludó y sin identificarse preguntó
si había ido a reconocer a tres sospechosos de un robo que cometieron en su
local de la avenida Pérez Butler, en El Pinar.
El País.com.uy / Diego Castro - sáb
abr 18 2015
"No fui porque la verdad no me acuerdo de las caras", contestó
Susana. "Y más te vale que no vayas porque si no te quemamos",
contestaron.
El nombre de la protagonista no es real, porque pidió anonimato. La amenaza
sí.
El robo al comercio de Susana, es uno más en una serie de asaltos, de al
menos tres bandas que los vecinos identifican y tienen en jaque a la zona norte
de El Pinar.
"Ni bien uno cruza Giannattasio al norte empiezan a verse banditas en
moto", comentó Ana, una vecina de la zona.
Los propios vecinos enumeran uno a uno los hechos delictivos que ocurrieron
en los últimos tiempos.
Esos mismo hechos delictivos llevaron a la estación de servicio de
Giannattasio y Pérez Butler a advertir con un cartel en la entrada a los
clientes que "debido a tanto robo, de 22 a 06, carga justa o con
tarjeta".
Uno de los pisteros dijo que han sido varios los robos y "todos con
mucha violencia".
Susana, propietaria de uno de esos comercios, fue asaltada tres veces entre
el 19 de marzo y el viernes 10 de abril. Además, en medio pretendieron robarle
el auto, que estaciona diariamente en la puerta.
Dos de los tres robos le dejaron alguna herida a esta mujer. En una de las
rapiñas le dejaron la marca de un cuchillo en el mentón y en el otro un golpe
en la cabeza.
Uno de los supermercados ubicados a una cuadra de Giannattasio, además de
ser asaltado fue robado por la noche luego que los delincuentes rompieron las
chapas del techo.
Estos hurtos también se dieron en una peluquería y un consultorio
odontológico, que están en locales contiguos. "A los dos comercios los
vaciaron", aseguran varios vecinos que hablaron con El País.
Carla, una joven que vive en El Pinar afirma haber sido robada una tarde,
cuando volvía del supermercado en bicicleta con las compras. Fue seguida desde
varias cuadras por una moto negra. "Cuando me percaté que la moto me venía
siguiendo, ya me había metido la mano y me había sacado las compras",
comentó.
Respuesta policial.
Tanto en el caso de Carla, como en otros tantos, los vecinos identifican
una moto negra, que está tras varios de los asaltos.
"Fuimos a hablar con la Policía y les dijimos que esa moto negra era
un factor común en la mayoría de los robos pero nos contestaron que no podían
ponerse a parar a cada moto negra que vieran", señaló Luisa, vecina de 40
años en la zona.
Desde tiendas policiales se admitió que hay falta de patrulleros y
personal. "Estamos muy cortos de recursos humanos y materiales. Estamos en
una zona con una jurisdicción muy amplia para lo que tenemos", indico una
fuente policial consultada para esta nota.
El mismo agente, reconoció que en la zona abundan arrebatos, hurtos,
rapiñas y hasta copamientos y que los autores de estos delitos, no van solo
contra los comerciantes sino también contra los habitantes del lugar. A si
mismo volvió a reconocer que "no dan abasto" para atender todos los
requerimientos del lugar.
Otro tema que deben atender los efectivos pero queda en el debe, son las
picadas que se realizan todos los viernes después de la medianoche.
"Si se queda hasta eso de las 12 y media va a ver que no hay quien
duerma", afirmó una de las vecinas a este cronista.
"Todos los viernes arrancan con las picadas hasta las seis y media de
la mañana. Y el problema no es solo que la gente no pueda dormir. Destrozan
todo a su paso y cada tanto hay algún herido", señaló.
Además, la preocupación radica en la cantidad de alcohol y drogas que se
venden en la zona, a la hora que se realizan las picadas. Los vecinos muestran
desesperación por lo sucedido y planean reunirse a buscar soluciones para la
inseguridad de la zona.
Prevención.
La estación Ancap de Giannattasio y Pérez Butler no da cambio después de
las 22:00 y antes de las 6:00 de la madrugada. “Es una manera de no andar con
mucho efectivo encima”, dijeron desde el local. Los vecinos se quejan de la
abundancia de hechos delictivos, tanto en comercios, casas particulares y en la
vía pública. La Policía dice que “poco puede hacer” porque falta personal y
móviles para recorrer la zona y hacer los procedimientos necesarios. Hay,
también, quejas por destrozos y ruidos tras las picadas los viernes a
medianoche.
Fuente: El País.com.uy
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario