sábado, 18 de abril de 2015

La odisea para conseguir un poco de agua



Pobladores de las zonas rurales deben recorrer varios kilómetros por día para tener con qué bañarse, cocinar y limpiar sus casas
El Observador.com.uy / 18.04.2015, 05:00 hs

Carla Sartarcieri llevaba el jueves dos días recorriendo los 13 kilómetros que distan de su casa hasta el centro de Florida para buscar un poco de agua con la que poder bañar a sus hijos. Pasaron cuatro días desde la última vez que lavó la loza y también la ropa, que ahora se amontona en una pila frente a la lavadora. Las moscas reposan dentro de las ollas, desparramadas entre la cocina y la pileta. Ya va casi un mes en el que, al igual que otras 200 familias, sufre las consecuencias de la escasez de agua y, como nunca antes, pide que llueva en abundancia. En la madrugada del viernes la lluvia que cayó sobre su casa en la ruta 56 ayudó un poco, pero estuvo lejos de solucionar el problema.

“Caliento agua en una olla y baño a mis hijos en una lata, con un tarro, como hacíamos cuando yo me crié. Lo poco que consigo es para bañar a los chiquilines, porque los que van a la escuela no van a ir sin bañarse ni lavarse la cara”, contó Sartarcieri a El Observador mientras esperaba que los militares enviados por el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (Cecoed) llenaran su aljibe con 4 mil litros de agua. Una cantidad con la que puede subsistir por unos 10 días.

El pasto amarillento y los tajamares prácticamente secos dan cuenta también del déficit hídrico que sufren desde fines de febrero otros seis departamentos. Según informó a El Observador el director del Cecoed de Florida, Cono Arrúa, en lo que va del año solo llovió en el departamento –uno de los más afectados– unos 57 milímetros, mientras que en el mismo período en 2014, cayeron 560 milímetros. Desde la sequía de 2008-2009 no hay una situación tan crítica en ese departamento.

En solo una hora, en la tarde de un jueves con cielo totalmente despejado, la dependencia en ese departamento del Sistema Nacional de Emergencia (Sinae) recibió siete pedidos nuevos de agua. Desde el 23 de febrero, día en el que se llevó adelante el primer suministro, asistieron a unas 66 familias, entre viviendas, establecimientos y escuelas, y fueron por segunda vez a otros 30 hogares. Los encargados de distribuir el agua recorren a diario entre 300 y 600 kilómetros para cumplir con todos los pedidos. Además Bomberos y OSE también hacen repartos.

Las zonas del departamento más afectadas son las que están por fuera de la red de agua corriente y se concentran en el sur del departamento. Según explicó el director de Cecoed, debido a la falta de lluvias “se han secado los pozos, los depósitos de agua, y las cachimbas”, y es entonces que los vecinos se arriman hasta la seccional más cercana para solicitar el suministro. El agua que entrega el Sinae es solo para consumo humano, dijo Arrúa, y desde mediados de febrero se han repartido solo en Florida unos 360 mil litros de agua potable. “Todos están pendientes de que llueva de arriba”, dijo.

Las situaciones que ven quienes reparten el agua se condicen con los relatos de algunos vecinos. Según contó a El Observador el sargento Fabio Cor, uno de los que integra el reparto, se han encontrado con quintas en un estado deplorable. Hay algunas familias que deben recorrer grandes distancias para conseguir algunos litros de agua. “En Sarandi Grande, había una persona que estaba sola en un establecimiento y tenía que caminar unos 120 metros para poder traer tarros con agua para la cocina y para ducharse”, dijo. “Lo lo lindo es cómo nos reciben cuando llegamos”, aseguró.

El rostro de Teresa Gómez se iluminó al ver el camión llegando a su casa, ubicada en la zona rural de San Gabriel. Había notado que en el aljibe estaba quedando solo un fondo de agua –lo que le alcanza para suplir las necesidades de un día– y esperaba entonces la llegada de un nuevo suministro. Al igual que Carla, hacía cuatro días que no podía lavar ropa, la que guardaba entonces en una bolsa negra, por lo que se vio obligada a usar el mismo pantalón pijamas por varios días. Tampoco lava ya el piso, y cuando cuenta con agua, la que usa para la ropa es la misma que luego tira en el baño. Es que tirar la cisterna se ha vuelto algo impensable.

“Tratamos de ahorrarlo todo, usar lo menos posible”, aseguró a El Observador, porque “si no tenés luz, te arreglas con una vela, pero si no tenés agua es horrible”, sentenció.
Sin embargo, el ahorro de agua no es algo que todos puedan hacer muy fácilmente. “Por  más que quieras ahorrar, con cuatro chiquilines, no podés, porque tenés que bañarlos, fregar y hacer la comida todos los días”, afirmó Sartarcieri mientras amamantaba a su hija menor.

Ariel Sosa, sargento encargado del destacamento de Policía sobre la ruta 56, ya recurrió dos veces a Bomberos –en cada viaje le llevan 2.500 litros, y una al Cecoed –otros 4 mil litros-, pero según contó a El Observador, en los 30 años que vive allí, el agua siempre fue un problema. Cada verano, aseguró, sufre de escasez, y el tener agua potable surgiendo de las canillas, es un lujo que hasta ahora no conoce. Tanto para él como para Carla Sartarcieri comprar bidones es una necesidad diaria, que ahora comparten con Teresa, porque el agua del aljibe, debido a la falta de lluvia, el agua se volvió turbia. Ahora el agua “la trae el panadero, que además de panadero es verdulero”, contó entre risas.

Lluvias muy por debajo de los promedios

Comentar el estado del tiempo es algo común entre los vecinos, quienes al ver asomar alguna nube imploran que sea de lluvia. Según dijo a El Observador Teresa Gómez, quien vive en la zona rural de Florida desde hace 49 años, hacen falta unos 40 milímetros de lluvias para cubrir el agua que entrega Sinae. Pero en las últimas semanas, “hay parte de la campaña en la que llovió un milímetro”, dijo el coordinador del Comité de Emergencia de Florida, Cono Arrúa. 

Según el último informe de la Comisión Interinstitucional de Balance Hídrico, cuyos puntos relevantes fueron difundidos por Sinae, los lugares donde se registraron los “mayores déficit acumulados” son Cerro Largo y los departamentos del centrosur, como Florida, Canelones y Maldonado. En esas zonas, según el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), se dieron lluvias un 40% menor a las esperadas. Así, el agua no ha podido penetrar las capas superficiales de la tierra, y eso es lo que causa la falta de disponibilidad de agua.

Si bien la situación se mantiene en alerta –no ha llegado a ser una emergencia– y se espera que para los próximos meses las precipitaciones estén de acuerdo con el promedio histórico, “no es esperable que la actual situación se normalice rápidamente”. Esto se debe a que las temperaturas estarán por arriba de los promedios, dice el informe.

Ver video: http://www.elobservador.com.uy/noticia/302988/la-odisea-para-conseguir-un-poco-de-agua-/(3:07)


Fuente: El Observador.com.uy

http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com

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