lunes, 2 de marzo de 2015

"Si hay algo que defiendo en mi oficio es mi credibilidad"




Fue movilera, conductora y productora. Después de tres años al frente de los informativos de TNU, la periodista de TV busca nuevos caminos. Lejos de asustarla, el cambio la entusiasma.

El País.com.uy / Daniela Bluth - dom mar 1 2015

Hoy no es un domingo cualquiera para Iliana da Silva. Por primera vez en más de veinte años de carrera en televisión no está cubriendo el cambio de mando presidencial. "Ni en el lugar de los hechos ni detrás de cámara...", dice, entre convencida y resignada.Y se apura en aclarar: "Pero creo que también está bueno ser espectador". Es que, hasta el viernes pasado, Iliana (41), "la de la tele", como muchos la llaman en la calle, era la directora de los informativos de Televisión Nacional Uruguay (TNU), cargo que había asumido en abril de 2012 y que ahora llega a su fin como parte de los cambios en la administración pública debido a la llegada de un nuevo gobierno nacional.
La noticia de su salida se dio a conocer con forma de tuit. "Fin de una etapa. Agradecida por haber formado parte del equipo de @TNUtvpublica @InfoTNU. El camino está trazado...", escribió el 29 de enero. Desde entonces, empezó una especie de cuenta regresiva que intentó llevar "sin dramatizar". Los preparativos de la transmisión especial la mantuvieron más que entretenida. "El teléfono no para de sonar, es una extensión de mi mano", cuenta. Y la mirada se vuelve a distraer hacia la pantalla de su iPhone.
Iliana está acostumbrada al cambio. Antes de ser periodista anotó quinielas en el kiosco pegado a su casa y vendió bijouterie en un shopping. "Era buena vendedora, ¿eh?", recuerda orgullosa. Con experiencia como animadora de fiestas y ganas de explorar su faceta más extrovertida, entró a la Facultad de Comunicación de la Universidad de la República. A los seis meses ya estaba trabajando con una pasantía, justamente, en Canal 5. Desde entonces pasó por los cuatro canales, pero su "particularidad", dice, es haber estado en los noticieros de todos ellos. También fue corresponsal para la cadena Eco, CBS y, durante diez años, productora audiovisual del servicio de Reuters para América Latina.
"Todos los cambios fueron buscados, nada fue improvisado. Creo mucho en la movilidad laboral, es sana y hace bien", explica. Claro que a este momento de aplomo lo precedieron muchos otros, todos distintos, pero no menos atractivos. Ella le llama etapa "esponja", cuando se dedicó a mirar, anotar, aprender. En ese sentido, su pasaje por Canal 4, como movilera del programa de Omar Gutiérrez primero y en el informativo después, fue clave.
—¿Te costó que te tomaran como una periodista seria?
—Al principio sí, claro, tenés que ganarte el lugar. Creo que las mujeres, en general, tenemos que dar doble examen. En las redacciones yo siempre traté de aprender de los colegas con más experiencia y de ser receptiva. Y siempre busqué no abandonar la formación. La etapa de Canal 4, donde estuve once años, fue de aprendizaje. Tenía claro que la presentación me gustaba, pero no era lo que disfrutaba más.
Adrenalina.
Iliana no creció con el sueño de salir en televisión ni jugaba con un cepillo simulando un micrófono. Ella quería ser "doctora de perros y gatos". Sin embargo, cierta inclinación hacia el mundo de las letras y un test vocacional de su hermana Leila, aspirante a psicóloga, la llevaron hasta la comunicación. "Y el periodismo me encontró a mí", dice. Vive la profesión como un oficio y se define como un bicho de televisión. Aunque tuvo dos pasajes por la radio (no así en prensa escrita), es en el lenguaje audiovisual donde se siente cómoda. "No es lo mismo escribir para un diario que para televisión, son textos totalmente distintos. Y yo sé contar historias en imágenes".
Fue productora, conductora, guionista y movilera. De todas las tareas, lo que más le gusta es "hacer calle". Allí es cuando logra vibrar con la adrenalina del periodismo. "Sos vos el que pregunta, el que pone el micrófono, el que se queda después averiguando datos... Por eso siempre me gustó ser movilera y salir en vivo". En los últimos tres años, en cambio, su rol principal estuvo detrás de cámara, despuntando el vicio de la conducción una vez por semana en el periodístico Más info. "La dirección del informativo no es solamente pensar los contenidos, sino gestionar, que es la parte que no me habían contado". Y gestionar implica "tomar decisiones que afectan la vida de los demás", como licencias, días libres, horarios, viajes al exterior y un largo etcétera. "Esa es la parte que no voy a extrañar", se ríe Iliana. Pero estar a cargo de un equipo de 50 personas también supone contener y liderar. "Quizás algunos no compartan las decisiones que tomé, pero siempre traté de generar un buen clima de trabajo, que la redacción fuera un lugar amigable".
—¿Qué evaluación hacés de tu gestión?
—Me voy conforme. Algunas cosas quedaron en el tintero, otras las podríamos haber hecho de otra forma, pero logré formar un equipo que respondió y al mismo tiempo generó un vínculo con los que ya estaban que permitió que muchas cosas se dieran. Siento que formé parte de un proceso de cambio de la televisión pública que no termina acá y que empezó mucho antes de que Virginia (Martínez, directora de TNU, también removida del cargo) y yo llegáramos. Son procesos a largo plazo y en esta etapa todo lo que tenía para dar, lo di.
Fanática de Peñarol y acostumbrada al clima de las redacciones, donde las mujeres son minoría, Iliana apela a términos futbolísticos para resumir sus sensaciones. "Dejé todo en la cancha, me puse la camiseta y así como para los jugadores de la Selección llegar al Mundial es lo máximo, para mí dirigir un noticiero y estar a cargo de transmisiones importantes, como las elecciones, fue jugar en la cancha grande". De su escritorio, que compartía con Ana María Mizrahi, se llevó unas pocas cajas con papeles y recuerdos. En su cabeza, dice, visualiza una valija cargada de "muchas experiencias".
Recalculando.
Hasta hace no mucho tiempo, Iliana era una vecina más que salía a barrer la vereda. Ahora no lo hace tan a menudo. Pero sigue yendo al súper, hace "el lleva y trae" de su hijo Martín, de 11 años, y sale a correr. La fama está, pero no molesta. "Si decidís hacer televisión, la exposición es parte de tu trabajo. Yo siempre lo viví desde ese lugar. Además, el público uruguayo es muy respetuoso".
Así como muchas veces cambió de trabajo, también tiene varias mudanzas encima. La última fue a Carrasco, donde vive con su pareja, el senador suplente (ex Frente Amplio, hoy en el Partido Independiente) Conrado Ramos, su hijo, el perro Dylan y la gata Malú. "No nos mostramos como una pareja mediática ni queremos serlo", advierte.
—¿Que él esté vinculado a la política alguna vez afectó tu trabajo?
—Conrado primero es mi pareja, después es doctor en Ciencia Política y por último senador suplente del Partido Independiente. Yo lo pondría en ese orden. Somos seres individuales y siempre hemos sido muy respetuosos de la actividad del otro. Tenemos charlas muy entretenidas, te lo puedo asegurar —dice y ríe fuerte—. Y si me preguntás si lo voté, te voy a responder que el voto es secreto —y vuelve a reír.
—¿Cómo fue cubrir la campaña con Conrado como candidato a vicepresidente por el Partido Independiente?
—La única decisión que tomé fue que durante ese período, en Más info yo no hacía las entrevistas políticas, las hacía Ana María, y yo participaba en el análisis. Me parecía que correspondía. Respecto a las coberturas, fueron todas totalmente equilibradas y siempre apostamos a la pluralidad, no hubo preferencias o privilegios. Si hay algo que defiendo de mi oficio es la credibilidad.
Para estos días Iliana ya tiene planes: descansar. El último mes fue de muchas ideas y charlas, pero ninguna propuesta concreta. "También está bueno ordenarme, pensar y recuperar algunos espacios que perdí". Imaginar el futuro no la asusta. Al contrario, le aporta esa cuota de entusiasmo que la rutina tiende a aplastar. "A mis amigas les digo que estoy recalculando. En este momento tengo ganas de estar con mi hijo, con mi pareja, tomarme unos días y descansar. Pero también se abre una puerta que está buena y que me va a hacer bien, que es buscar nuevos caminos".
En busca de respuestas
Iliana sabe bien de qué se trata eso de separar su vida privada de la profesión. Sus tíos Yolanda Casco y Julio DElia desaparecieron en Argentina en 1977, con ella embarazada de ocho meses. Su primo, Carlos DElia, nació en cautiverio en Buenos Aires y es uno de los nietos encontrados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Recuperó su identidad a los 17 años, cuando Iliana tenía 20. "Por eso siempre me interesó el tema de los Derechos Humanos. Durante mucho tiempo no di a conocer mi historia y hacía las coberturas. Pero en un momento hice un quiebre y me dije: ¿Por qué no?". Fue en la conmemoración por los diez años de la Marcha del Silencio, en 2006, cuando Carlos le pidió para caminarla juntos. "A partir de ahí decidí no cubrirla más. En ese momento trabajaba en Telemundo y ellos lo entendieron", recuerda. "Cuando cuento mi historia es como reivindicar la memoria de mis tíos y dejar sentado que esto afectó a muchas generaciones. Es tener la posibilidad de que se visualice que la herida es grande. Y también es, desde el lugar que estoy, poder aportar a la construcción del Nunca Más". En ese sentido, celebra que el presidente Tabaré Vázquez haya creado la Comisión por Verdad y Justicia.
Sus cosas
Correr
Por su salud mental y física, hace un año Iliana empezó a correr. "Me lo sugirieron, si no iba a empezar a morder a alguien", confiesa. Sale dos veces por semana con un "grupo maravilloso" llamado Correcaminos. Ya superó los diez kilómetros, pero todavía no se animó a participar de una carrera.
Salto
"Es mi segunda casa", dice sobre Salto, donde nacieron todos en su familia salvo ella, que es de La Teja. "Sí, yo soy la oveja negra". Tiene los mejores recuerdos de sus vacaciones allí, en contacto con la naturaleza. "Me gusta ir en invierno, estar en el campo, andar a caballo, aunque siempre me dan las yeguas más mansitas".
Zaz
Hace unos meses cumplió su sueño de conocer París. Allí no solo reafirmó su amor por la "ciudad de la luz" sino que se fanatizó con Zaz, la nueva exponente de la canción francesa. En su pendrive, que renueva periódicamente, lleva uno de sus discos y algunos otros, que musicalizan sus momentos de ocio.
Fuente: Revista Domingo / El País.com.uy
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com

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