Fue movilera, conductora y productora. Después de tres años al frente de
los informativos de TNU, la periodista de TV busca nuevos caminos. Lejos de
asustarla, el cambio la entusiasma.
El País.com.uy / Daniela Bluth - dom mar 1 2015
Hoy no es un domingo cualquiera para Iliana da Silva.
Por primera vez en más de veinte años de carrera en televisión no está
cubriendo el cambio de mando presidencial. "Ni en el lugar de los hechos
ni detrás de cámara...", dice, entre convencida y resignada.Y se apura en
aclarar: "Pero creo que también está bueno ser espectador". Es que,
hasta el viernes pasado, Iliana (41), "la de la tele", como muchos la
llaman en la calle, era la directora de los informativos de Televisión Nacional
Uruguay (TNU), cargo que había asumido en abril de 2012 y que ahora llega a su
fin como parte de los cambios en la administración pública debido a la llegada
de un nuevo gobierno nacional.
La noticia de su salida se dio a conocer con forma de
tuit. "Fin de una etapa. Agradecida por haber formado parte del equipo de
@TNUtvpublica @InfoTNU. El camino está trazado...", escribió el 29 de
enero. Desde entonces, empezó una especie de cuenta regresiva que intentó
llevar "sin dramatizar". Los preparativos de la transmisión especial
la mantuvieron más que entretenida. "El teléfono no para de sonar, es una
extensión de mi mano", cuenta. Y la mirada se vuelve a distraer hacia la
pantalla de su iPhone.
Iliana está acostumbrada al cambio. Antes de ser
periodista anotó quinielas en el kiosco pegado a su casa y vendió bijouterie en
un shopping. "Era buena vendedora, ¿eh?", recuerda orgullosa. Con
experiencia como animadora de fiestas y ganas de explorar su faceta más
extrovertida, entró a la Facultad de Comunicación de la Universidad de la
República. A los seis meses ya estaba trabajando con una pasantía, justamente,
en Canal 5. Desde entonces pasó por los cuatro canales, pero su
"particularidad", dice, es haber estado en los noticieros de todos
ellos. También fue corresponsal para la cadena Eco, CBS y, durante diez años,
productora audiovisual del servicio de Reuters para América Latina.
"Todos los cambios fueron buscados, nada fue
improvisado. Creo mucho en la movilidad laboral, es sana y hace bien",
explica. Claro que a este momento de aplomo lo precedieron muchos otros, todos
distintos, pero no menos atractivos. Ella le llama etapa "esponja",
cuando se dedicó a mirar, anotar, aprender. En ese sentido, su pasaje por Canal
4, como movilera del programa de Omar Gutiérrez primero y en el informativo
después, fue clave.
—¿Te costó que te tomaran como una periodista
seria?
—Al principio sí, claro, tenés que ganarte el lugar.
Creo que las mujeres, en general, tenemos que dar doble examen. En las
redacciones yo siempre traté de aprender de los colegas con más experiencia y
de ser receptiva. Y siempre busqué no abandonar la formación. La etapa de Canal
4, donde estuve once años, fue de aprendizaje. Tenía claro que la presentación
me gustaba, pero no era lo que disfrutaba más.
Adrenalina.
Iliana no creció con el sueño de salir en televisión ni
jugaba con un cepillo simulando un micrófono. Ella quería ser "doctora de
perros y gatos". Sin embargo, cierta inclinación hacia el mundo de las
letras y un test vocacional de su hermana Leila, aspirante a psicóloga, la
llevaron hasta la comunicación. "Y el periodismo me encontró a mí",
dice. Vive la profesión como un oficio y se define como un bicho de televisión.
Aunque tuvo dos pasajes por la radio (no así en prensa escrita), es en el
lenguaje audiovisual donde se siente cómoda. "No es lo mismo escribir para
un diario que para televisión, son textos totalmente distintos. Y yo sé contar
historias en imágenes".
Fue productora, conductora, guionista y movilera. De todas
las tareas, lo que más le gusta es "hacer calle". Allí es cuando
logra vibrar con la adrenalina del periodismo. "Sos vos el que pregunta,
el que pone el micrófono, el que se queda después averiguando datos... Por eso
siempre me gustó ser movilera y salir en vivo". En los últimos tres años,
en cambio, su rol principal estuvo detrás de cámara, despuntando el vicio de la
conducción una vez por semana en el periodístico Más info. "La
dirección del informativo no es solamente pensar los contenidos, sino gestionar,
que es la parte que no me habían contado". Y gestionar implica "tomar
decisiones que afectan la vida de los demás", como licencias, días libres,
horarios, viajes al exterior y un largo etcétera. "Esa es la parte que no
voy a extrañar", se ríe Iliana. Pero estar a cargo de un equipo de 50
personas también supone contener y liderar. "Quizás algunos no compartan
las decisiones que tomé, pero siempre traté de generar un buen clima de
trabajo, que la redacción fuera un lugar amigable".
—¿Qué evaluación hacés de tu gestión?
—Me voy conforme. Algunas cosas quedaron en el tintero,
otras las podríamos haber hecho de otra forma, pero logré formar un equipo que
respondió y al mismo tiempo generó un vínculo con los que ya estaban que
permitió que muchas cosas se dieran. Siento que formé parte de un proceso de
cambio de la televisión pública que no termina acá y que empezó mucho antes de
que Virginia (Martínez, directora de TNU, también removida del cargo) y yo
llegáramos. Son procesos a largo plazo y en esta etapa todo lo que tenía para
dar, lo di.
Fanática de Peñarol y acostumbrada al clima de las
redacciones, donde las mujeres son minoría, Iliana apela a términos
futbolísticos para resumir sus sensaciones. "Dejé todo en la cancha, me
puse la camiseta y así como para los jugadores de la Selección llegar al
Mundial es lo máximo, para mí dirigir un noticiero y estar a cargo de
transmisiones importantes, como las elecciones, fue jugar en la cancha
grande". De su escritorio, que compartía con Ana María Mizrahi, se llevó
unas pocas cajas con papeles y recuerdos. En su cabeza, dice, visualiza una
valija cargada de "muchas experiencias".
Recalculando.
Hasta hace no mucho tiempo, Iliana era una vecina más
que salía a barrer la vereda. Ahora no lo hace tan a menudo. Pero sigue yendo
al súper, hace "el lleva y trae" de su hijo Martín, de 11 años, y
sale a correr. La fama está, pero no molesta. "Si decidís hacer
televisión, la exposición es parte de tu trabajo. Yo siempre lo viví desde ese
lugar. Además, el público uruguayo es muy respetuoso".
Así como muchas veces cambió de trabajo, también tiene
varias mudanzas encima. La última fue a Carrasco, donde vive con su pareja, el
senador suplente (ex Frente Amplio, hoy en el Partido Independiente) Conrado
Ramos, su hijo, el perro Dylan y la gata Malú. "No nos mostramos como una
pareja mediática ni queremos serlo", advierte.
—¿Que él esté vinculado a la política alguna vez
afectó tu trabajo?
—Conrado primero es mi pareja, después es doctor en
Ciencia Política y por último senador suplente del Partido Independiente. Yo lo
pondría en ese orden. Somos seres individuales y siempre hemos sido muy
respetuosos de la actividad del otro. Tenemos charlas muy entretenidas, te lo
puedo asegurar —dice y ríe fuerte—. Y si me preguntás si lo voté, te voy a
responder que el voto es secreto —y vuelve a reír.
—¿Cómo fue cubrir la campaña con Conrado como
candidato a vicepresidente por el Partido Independiente?
—La única decisión que tomé fue que durante ese período,
en Más info yo no
hacía las entrevistas políticas, las hacía Ana María, y yo participaba en el
análisis. Me parecía que correspondía. Respecto a las coberturas, fueron todas
totalmente equilibradas y siempre apostamos a la pluralidad, no hubo
preferencias o privilegios. Si hay algo que defiendo de mi oficio es la
credibilidad.
Para estos días Iliana ya tiene planes: descansar. El
último mes fue de muchas ideas y charlas, pero ninguna propuesta concreta.
"También está bueno ordenarme, pensar y recuperar algunos espacios que
perdí". Imaginar el futuro no la asusta. Al contrario, le aporta esa cuota
de entusiasmo que la rutina tiende a aplastar. "A mis amigas les digo que
estoy recalculando. En este momento tengo ganas de estar con mi hijo, con mi
pareja, tomarme unos días y descansar. Pero también se abre una puerta que está
buena y que me va a hacer bien, que es buscar nuevos caminos".
En busca de respuestas
Iliana sabe bien de qué se trata eso de separar su vida
privada de la profesión. Sus tíos Yolanda Casco y Julio DElia desaparecieron en
Argentina en 1977, con ella embarazada de ocho meses. Su primo, Carlos DElia,
nació en cautiverio en Buenos Aires y es uno de los nietos encontrados por las
Abuelas de Plaza de Mayo. Recuperó su identidad a los 17 años, cuando Iliana tenía
20. "Por eso siempre me interesó el tema de los Derechos Humanos. Durante
mucho tiempo no di a conocer mi historia y hacía las coberturas. Pero en un
momento hice un quiebre y me dije: ¿Por qué no?". Fue en la conmemoración
por los diez años de la Marcha del Silencio, en 2006, cuando Carlos le pidió
para caminarla juntos. "A partir de ahí decidí no cubrirla más. En ese
momento trabajaba en Telemundo y ellos lo entendieron", recuerda.
"Cuando cuento mi historia es como reivindicar la memoria de mis tíos y
dejar sentado que esto afectó a muchas generaciones. Es tener la posibilidad de
que se visualice que la herida es grande. Y también es, desde el lugar que
estoy, poder aportar a la construcción del Nunca Más". En ese sentido,
celebra que el presidente Tabaré Vázquez haya creado la Comisión por Verdad y
Justicia.
Sus cosas
Correr
Por su salud mental y física, hace un año Iliana empezó
a correr. "Me lo sugirieron, si no iba a empezar a morder a alguien",
confiesa. Sale dos veces por semana con un "grupo maravilloso"
llamado Correcaminos. Ya superó los diez kilómetros, pero todavía no se animó a
participar de una carrera.
Salto
"Es mi segunda casa", dice sobre Salto, donde
nacieron todos en su familia salvo ella, que es de La Teja. "Sí, yo soy la
oveja negra". Tiene los mejores recuerdos de sus vacaciones allí, en
contacto con la naturaleza. "Me gusta ir en invierno, estar en el campo,
andar a caballo, aunque siempre me dan las yeguas más mansitas".
Zaz
Hace unos meses cumplió su sueño de conocer París. Allí
no solo reafirmó su amor por la "ciudad de la luz" sino que se
fanatizó con Zaz, la nueva exponente de la canción francesa. En su pendrive,
que renueva periódicamente, lleva uno de sus discos y algunos otros, que
musicalizan sus momentos de ocio.
Fuente: Revista Domingo / El País.com.uy
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com
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