Kaos en la Red / Por Carlos Aznárez - Publicado en: 10 marzo,
2015
No se trata de una
bravata más, que nadie se equivoque. Esta vez, el peón obediente de los
diferentes lobbies que componen el gobierno norteamericano ha lanzado una
advertencia gravísima contra el proceso revolucionario venezolano.
El señor
Obama lo dice con todas las letras: “Venezuela es una amenaza extraordinaria
para la seguridad de EEUU”, y tras cartón anuncia más sanciones a la que ya
venía aplicando el gobierno del norte.
Esto quiere decir
que no les basta con alimentar con millones de dólares a la oposición golpista
que no puede hacer pie en las urnas y genera -cada tanto- acciones violentas y
desestabilizadoras.
Tampoco parece
alcanzarles con la descomunal guerra económica descargada durante todo el año
2014 y lo que va de este período, generando desabastecimiento, desfase
descomunal entre el dólar y el bolívar, incentivando el contrabando mayúsculo
con la ayuda de sus cómplices colombianos, y tantos otros artilugios para
asfixiar a la población venezolana.
Esta vez, quienes
manejan el establishment estadounidense le hacen decir a “su” Presidente, que
como Venezuela es una amenaza, Estados Unidos deberá defenderse de la misma.
No hace falta ser muy imaginativo para leer entrelíneas lo que están
dictaminando: en función del “peligro chavista” podría producirse un ataque de
gran escala contra los que USA considera sus “enemigos peligrosos”.
Sabemos muy bien
como mienten los gringos para impulsar invasiones brutales contra otros países.
Pero además, que ante la falta de excusas son activos “generadores de climas”
destituyentes que terminan en el desarrollo de acciones invasivas de gran
escala contra naciones que desentonan con su forma imperial de pensar. Ya lo
hemos visto en los últimos años en el Medio Oriente y ahora lo estamos
observando en las maniobras desarrolladas en Ucrania para acosar a Rusia.
Arman mercenarios
como el Estado Islámico, cooptan gobiernos para que colaboren con estos
últimos, construyen más y más cárceles clandestinas para torturar a sus
prisioneros, acuden por último a atentados de “falsa bandera”, cuando los creen
necesario para sembrar el terror en determinadas circunstancias. Todo eso y
mucho más es producto de la avaricia imperialista.
Por lo cual, estos
dichos actuales de Obama no deben ser tomados a la ligera. Están apurando la
carrera, saben que si no lo hacen, poco y nada podrán esperar de una oposición
a la que ayudan monetariamente pero en el fondo desprecian por su inutilidad.
Además, perciben que a nivel de sus aventuras golpistas, han topado con el muro
construido por la Inteligencia bolivariana y la férrea unidad de sus Fuerzas
Armadas. Es en función de esa realidad que el dueño del circo parecería estar
dispuesto a dar licencia a sus payasos y pasar a actuar como protagonista.
Por lo tanto, si
Obama dice que la Revolución que reivindicamos todos los latinoamericanos y
caribeños es una “amenaza”, nosotros no nos podemos quedar de brazos cruzados
observando como cualquier día de estos, Venezuela se convierte en las últimas
horas de la Panamá de Torrijos. Toda prevención es poca, toda solidaridad es
indispensable.
La de la UNASUR,
el ALBA y la CELAC, pero también la de los pueblos. Tener conciencia que si lo
intentan, si un buen día de estos, como ya hicieron con Iraq, Afganistán,
Somalia, Libia, Siria y tantos otros rincones del Tercer Mundo, los yanquis
deciden inventarse un escenario para “verse obligados” a intervenir con sus
marines, o a generar una situación de crisis tal, que desestabilice
superlativamente al gobierno legítimo de Nicolás Maduro, debemos exigir a
nuestros gobiernos romper relaciones de inmediato con los Estados Unidos. Es
hora de terminar con las hipocresías de que si lo hacemos se viene el
Apocalípsis.
Ser solidarios con
Venezuela hoy no se resuelve con declaraciones, sino con hechos concretos.
Boicoteando los productos norteamericanos, paralizando a través de la acción
sindical conjunta latinoamericana, sus barcos allí donde estén, de la misma
manera que se hizo con la Sudáfrica racista. Generando un clima regional en que
el territorio que ellos piensan mancillar se les puede convertir en un
tembladeral.
Con Venezuela nos
la jugamos todos y todas, porque quienes hoy han utilizado a Obama como vocero
para amenazarnos, no dudarán en aplastar nuestras frágiles democracias. Si
dudamos en que ante un ataque de envergadura no caben paños tibios, sino
mostrar los dientes y proceder con patriotismo para defender cada una de nuestras
agredidas soberanías, estaremos en graves problemas.
Las cartas están
echadas. De un lado, el Imperio y sus aliados locales. Del otro, el pueblo de
Venezuela Bolivariana y su Revolución, que es como decir, los de Cuba,
Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile, Nicaragua, y todos
aquellos que se animen a no dejarse pisotear por la bota prepotente de quienes
gobiernan en Estados Unidos.
Carlos Aznárez
Mariategui.info
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Fuente:
Kaos en la Red
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com
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