sábado, 14 de marzo de 2015

Coimeros e intocables



Sudestada.com.uy / 30/07/2014

Los empresarios procesados en el caso ASSE se presentan como adalides de la rectitud y honestidad. No fueron a la cárcel y conservan contratos millonarios con el Estado

“No sólo damos soluciones, brindamos un concepto conformado por principios básicos de trabajo, honestidad y responsabilidad”.
Así se presenta ante sus potenciales clientes la empresa

 Mega
(Omega SA), dirigida por Alejandro Servioli González, procesado por haber coimeado al sindicalista de la salud, Heber Tejeira, a fin de que éste procurara un rápido pago de parte del Estado para su empresa y asegurara que la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) no ingresara en un conflicto que entorpeciera el funcionamiento de su negocio.

Mega brinda diversos servicios: seguridad, limpieza y selección de personal para otras empresas. Se adjudica ser la“proveedora de personal temporario y servicios líder en el mercado nacional”, por su trabajo en
“frigoríficos, plantas industriales, supermercados, oficinas, instituciones deportivas, depósitos, grandes superficies” y naturalmente en el área de la“salud”

El Estado le ha pagado a la empresa de Servioli más de 2 millones de dólares en los últimos tres años. Fue contratada en forma directa para brindar el servicio de limpieza del hospital de Canelones, y ganó licitaciones para proveer de auxiliares al hospital Pasteur, servicio de conserjería al hospital de Rivera y de vigilancia al Saint Bois y al hospital de Rocha, entre otros contratos.

Servioli fue uno de los que surtía de coimas a Tejeira, alias "Toshiba", quien –según el fallo judicial–, aprovechándose de su “condición de representante de los funcionarios de salud pública, encargado de las empresas tercerizadas, recibió giros o entregas de dinero, de variada cuantía, de diversas empresas que prestaban servicios tercerizados en distintos centros de salud pública” en  “retribución a la intervención que lograba” para “acelerar los pagos” o “lograr otro tipo de beneficios para las referidas empresas, algunas veces, consistente en evitar o desactivar un conflicto gremial”



Este empresario fue uno de los que admitió en el juzgado de Crimen Organizado haber pagado a Tejeira por su intermediación. Ése era el acuerdo que mantenía con “Toshiba” y por ello terminó procesado por cohecho, al igual que el sindicalista y el resto de los empresarios coimeros. De acuerdo al Código Penal el funcionario público que por ejecutar un acto de su empleo “recibe una retribución que no le fuera debida”  incurre en la figura de cohecho, que se pena con tres meses a tres años de encarcelamiento, multa de 10 a 5 mil Unidades Reajustables (entre 311 y 155.508 dólares, según los valores actuales) y la inhabilitación de dos a cuatro años para ocupar cargos públicos.

Pero, a su vez, el delito es cometido por el que da la retribución, en tanto se entiende que es una figura de doble vía que compromete al que otorga la dádiva y al que la recibe en el marco de tal acuerdo ilícito.



La “concusión” y una entrevista al experto que coimeaba

Otras perlas de los empresarios procesados

La nulidad de los contratos que no se quiere ver

Leé el dictamen del juez del Crimen Organizado


Silva: “Yo asesoré en los derechos y obligaciones de los trabajadores”

Fuente: Sudestada.com.uy

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