En su último mensaje ante el Congreso, embistió contra
la Corte Suprema y la responsabilizó de no esclarecer el atentado a la embajada
de Israel; con tono de campaña y clima de despedida, defendió su gestión y
elogió a Kicillof y a Randazzo
En su último discurso ante la Asamblea
Legislativa, la presidenta
Cristina Kirchner lanzó ayer una de las embestidas más virulentas contra la
Justicia desde que inició su cruzada contra aquellos jueces y fiscales que no
le son afines. No sólo los volvió a acusar de integrar un "Partido
Judicial", sino que les achacó haberse "independizado de la
Constitución y de las leyes".
Al inaugurar el 133er. período de sesiones ordinarias
del Congreso, la Presidenta criticó también, en duros términos, la denuncia en
la que el fiscal fallecido Alberto Nisman la responsabilizó de haber encubierto
a los funcionarios israelíes imputados por el atentado a la AMIA, en 1994.
"Es un escándalo, un bochorno para los argentinos", arremetió, tras
revelar la existencia de dos escritos en la caja fuerte del fiscal, uno con la
consabida denuncia y otro con una solicitud al Gobierno para que requiriera al
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su apoyo para interrogar a los
iraníes acusados.
"Es un bochorno. ¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el
que nos acusa de encubrimiento o con el que se dirigía a mí reconociendo todo
lo que habíamos hecho?", acicateó la Presidenta, sin importarle demasiado
que la Constitución Nacional prohíbe al jefe del Estado, en el artículo 108,
arrogarse el conocimiento de causas judiciales pendientes.
Ubicado en una de las bandejas a pocos metros de la
Presidenta, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, escuchaba el
discurso con el rostro demudado. "Últimamente el Partido Judicial se ha
independizado, pero de la Constitución -fustigó Cristina Kirchner, con tono
encendido-. Hoy existe un derecho cautelar delivery para impedir que se
gobierne y se apliquen las leyes que son constitucionales. La Justicia tiene
que ser independiente del poder político, de los poderes concentrados de la
economía, pero de lo que no puede ser nunca independiente el Poder Judicial es
de la Constitución, de las leyes, de los códigos de forma y de los de
fondo".
Video: Cristina Kirchner: "No
necesito carteles para hablar de la AMIA, hablo desde 1994" (Canal 7)
(2:35)
Contra la Corte Suprema
El enfrentamiento con Lorenzetti fue directo y frontal,
al cuestionar a la Corte Suprema por la falta de avances en la investigación
del atentado contra la embajada de Israel, en 1992. También, por haber
rechazado la investigación sobre posibles torturas sufridas por ex combatientes
en la Guerra de Malvinas.
Desde los palcos, colmados de militancia kirchnerista,
estalló una ovación que se replicó en las bancas oficialistas, con los
diputados de pie, y en los alrededores del edificio del Congreso, donde se
concentraba la movilización convocada por el Gobierno para acompañar a la
Presidenta. En contraste, en las bancas opositoras predominaban el gesto adusto
y los murmullos de desaprobación. En líneas generales, toda la oposición
criticó luego a la Presidenta por su falta de autocrítica, su tono soberbio y
haber eludido temas acuciantes, como la inflación, el narcotráfico y la
inseguridad.
Inmune a las críticas, la Presidenta dedicó casi cuatro
horas de su discurso para rumbear por todas las áreas de su gestión con un
predecible tono elogioso. Anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley
para estatizar la administración del servicio de trenes y abundó en infinidad
de cifras y porcentajes, a manera de balance de despedida de mandato.
Pero no abandonó en ningún momento su postura de
imponerse como protagonista de la escena política, y en ese papel elogió a su
equipo económico, y especialmente al ministro Axel Kicillof (aunque después lo
amonestó en forma risueña, por no haber estado atento a su discurso, y lo
comparó con el fallecido Néstor Kirchner). También criticó a la oposición, en
particular al candidato a presidente de Pro, Mauricio Macri (aunque no lo
mencionó), y dio un tácito espaldarazo a la candidatura presidencial del
ministro del Interior, Florencio Randazzo. A Daniel Scioli no se refirió,
aunque le hizo una elíptica crítica al señalar que sólo la Nación había
aportado fondos para el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.
Al arrancar su discurso, la Presidenta exaltó la
política del Gobierno en materia de deuda externa. "¡Hemos desendeudado
definitivamente a la Argentina!", exclamó, y sostuvo que ese objetivo se
logró "pese a que 2014 fue un año en que nos auguraban catástrofes
financieras, azuzadas por los buitres de Nueva York que intentaron trabar al
gobierno ayudados por algunos de adentro".
En ese tren de críticas a sectores internos, criticó a
quienes se oponen al acuerdo comercial con China, rubricado por el Congreso la
semana pasada, y los conminó a que salgan "del corset intelectual y
colonial".
"¡Cómo vamos a ignorar a la primera economía del
mundo!", exclamó la Presidenta. "¡Cómo no vamos a tener relaciones
con quienes nos vienen a ofrecer inversiones! ¡Hay que ser estúpidos!",
asestó.
Tras exaltar la gestión de Mariano Recalde al frente de
Aerolíneas Argentinas -y criticar a la Justicia por haber imputado al ministro
del área, Julio Alak, a cargo de la estatización de la empresa-, la Presidenta
anunció el envío al Congreso de cuatro proyectos de ley para reforzar la
actividad laboral e industrial, y otro para crear una empresa estatal,
Ferrocarriles Argentinos, para administrar la gestión de los trenes. Sobre esto
último, señaló que el Estado, como administrador de la línea Sarmiento de
trenes, aumentó el gasto un 17 por ciento, mientras que los administradores
privados de las líneas San Martín, Roca y Mitre tuvieron aumentos superiores.
"Escuché a un candidato presidencial decir que
levantaba todos los principios del peronismo, así que debería estar de acuerdo
con lo que hizo Perón (cuando estatizó los trenes)", acicateó la
Presidenta, en alusión a Macri.
Y, para indignar más a la oposición, exclamó: "¡Voy
a dejar un gobierno cómodo para la gente, no para los dirigentes!",
mientras el recinto estallaba en aplausos.
Los ejes y las omisiones
Algunos de los temas que abordó la Presidenta
Justicia
Atacó retóricamente al presidente de la Corte Suprema y
sembró sospechas sobre la independencia del Poder Judicial
AMIA
Se defendió tras la denuncia de Nisman por
encubrimiento. Fue el momento de más alto voltaje
Israel
Se sorprendió por su pasividad para condenar el atentado
a su embajada
China
Defendió el acuerdo comercial con el país asiático, al
que definió como "el actor económico más importante del mundo"
Trenes
Anunció el envío de un proyecto al Congreso para
estatizar los ferrocarriles. Dijo que producirá un ahorro de $ 415 millones
Gestión
Con estadísticas, resaltó los logros, entre ellos las
paritarias y Aerolíneas Argentinas. Lo hizo siempre en tono de campaña
Omisiones
Evitó referirse a la inflación y a la inseguridad, dos
críticas de la oposición
Las frases más destacadas del mensaje al Congreso
- "Últimamente, el Partido Judicial se ha independizado, pero de la Constitución"
- ?"¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que nos acusa de encubrimiento o con el que se dirigía a mí reconociendo todo lo que habíamos hecho?"
- "A los que me ponen cartelitos para que hable de la AMIA, de la AMIA hablo desde 1994"?
- "Si hay demoras en el juicio de la AMIA, miren para otro lado; para éste, no" [señaló para el lado de Lorenzetti]
- "No entiendo por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no por su propia embajada"
- ?"Hemos desendeudado definitivamente a la Argentina. China va a ser el actor económico más importante del mundo. ¿Qué miedo le tienen?"
Fuente: LA NACION
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com
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