“Señores jueces: nunca más”, fue la frase más célebre del fiscal federal Julio César Strassera, que acusó a los integrantes de las juntas militares que gobernaron
Argentina entre 1976 y 1983. Y los magistrados condenaron en aquel juicio
histórico de 1985 a prisión perpetua al dictador Jorge Videla (1976-1981) y al exjefe de la Marina Emilio Massera, además de otras penas menores a tres cabecillas del
régimen. Aquel fiscal nacido en Buenos Aires en 1933 falleció este viernes en
la misma ciudad a los 81 años.
En los últimos 12
años de gobiernos kirchneristas, se mostró como un férreo opositor y crítico de
lo que él consideraba un avance del poder político sobre la justicia. Estudió
Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde también fue profesor. Casado y
con dos hijos, ingresó en la década del 60 en la carrera judicial.
En la última
dictadura que sufrió Argentina, fue fiscal y, como tal, fue de los pocos que
presentó 'habeas corpus' para pedir al Estado por el paradero de desaparecidos.
No obstante, como reacción a sus críticas al kirchnerismo, la presidenta de
Argentina, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, recordó cierta vez que algunos
familiares de víctimas del régimen se habían quejado de Strassera porque en
otros oportunidades se había negado a presentar esos recursos ante la justicia.
En 1983 regresó la democracia a Argentina y el entonces
presidente, el radical (centrista) Raúl Alfonsín, nombró a Strassera como fiscal del tribunal que dos
años después juzgaría a las juntas militares. Este abogado seleccionó para su
acusación a los jerarcas 300 de los numerosos casos de violaciones de los
derechos humanos mencionados en el informe llamado ‘Nunca más’ que elaboró la
Comisión Nacional de la Desaparición de Personas (Conadep) entre 1983 y 1984.
En un juicio celebrado en tiempos en que los militares aún conservaban mucho
poder, Strassera pidió la condena de Videla y sus secuaces: "Señores
jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para
cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque
pertenece ya a todo el pueblo argentino.
Señores jueces: nunca más”. Strassera se opuso después a las leyes impulsadas por Alfonsín para perdonar a
los mandos medios e inferiores de la represión dictatorial, las de punto final
(1986) y obediencia debida (1987), en medio de la agitación militar. Esas dos
normas fueron derogadas por impulso del Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007)
y es así que 370 responsables de delitos de terrorismo de Estado han sido
condenados desde entonces.
Pese a su crítica a Alfonsín, aquel presidente argentino
nombró en 1987 a Strassera como embajador ante el Consejo de Derechos Humanos
de la ONU. Allí permaneció hasta el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999),
cuando renunció al cargo como rechazo a los indultos que este líder peronista
de derecha otorgó a los condenados del juicio contra las juntas militares.
Desde entonces, Strassera trabajó como abogado y fue activista de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos (APDH), una ONG argentina que combatió
contra el régimen. Se afilió a la Unión Cívica Radical (UCR) en 2003.
Reapareció en la escena pública al año siguiente después de que el peronista de
izquierda Kirchner pidiera perdón a los ciudadanos, "en nombre del Estado
argentino, por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia
tantas atrocidades”.
Strassera le respondió: "Me parece de una injusticia
notoria, porque si algo se hizo, si algo marcó un inicio, fue el juicio a las
juntas militares. Entonces eso no es hacer silencio”. El exfiscal acusó a los
Kirchner de “adueñarse” de la causa contra la dictadura y de haberse
enriquecido como abogados en aquellos años de plomo.
Pero el enfrentamiento sería más duro contra las
reformas judiciales que ha emprendido Fernández. “Pretenden colonizar el Poder
Judicial”, decía Strassera. "Vivimos en un gobierno de ladrones y con el
nuevo Código Procesal Penal quieren garantizar su impunidad”, lamentaba
Strassera el año pasado.
Fuente:
EL PAIS.Com
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