El vicepresidente argentino fue procesado por la
Justicia de su país. Foto: M. Bonjour
(observen como Vázques le detiene el brazo por la muñeca)
Cuando el vicepresidente argentino, Amado Boudou, subió al estrado ubicado
en Plaza Independencia para saludar al presidente Tabaré Vázquez, recibió una
rechifla general de parte de los asistentes. La presencia del jerarca
argentino, procesado en su país por actividades ilícitas, causó molestia no
sólo en el público; también lo hizo en el nuevo gobierno.
El País.com.uy / lun
mar 2 2015
Refiriéndose a la participación de Boudou en el acto de
asunción de Vázquez, el vicepresidente Raúl Sendic dijo que "en lo
personal" hubiese preferido contar con la presencia de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner ayer. Pero la mandataria podía justificar su
ausencia por el comienzo de las sesiones legislativas en el Congreso argentino.
El relacionamiento con Argentina preocupa al nuevo
gobierno. Ya ayer, el canciller Rodolfo Nin Novoa informó que buscará un
encuentro esta semana con su par Héctor Timerman en Buenos Aires.
Según dijo, el objetivo será "mejorar nuestras
relaciones" ya que con Argentina "tenemos una hermandad
histórica". "Vamos a poner lo mejor de nuestra fe", aseguró Nin
Novoa.
A su vez, Sendic sostuvo que intentará generar una
reunión entre Vázquez y Fernández con la misma intención de mejorar el vínculo
entre ambas administraciones. Boudou señaló ayer que aguarda que haya una
continuidad en el relacionamiento con el gobierno uruguayo y se logren superar
los problemas del vínculo bilateral.
Pero el antecedente de la anterior presidencia de
Vázquez y su relación con la conducción kirchnerista no es bueno y es
fácilmente previsible pronosticar un relacionamiento distante en los próximos
meses.
Más aún en el escenario de carrera electoral en el que
se encuentra Argentina, donde es probable que Fernández le preste más atención
a todos los frentes abiertos que tiene su gobierno hasta llegar a las
elecciones (y en definitiva su sector político en la búsqueda de consolidarse
en el poder) que a limar asperezas con su vecino del Río de la Plata.
Este año habrá recambio presidencial en Argentina y
elecciones locales en cinco provincias (Chubut, Mendoza, Neuquén, Salta y Santa
Fe) y en la Ciudad de Buenos Aires. Se esperaba su inicio en marzo, pero este
verano la coyuntura generó un adelanto de la contienda electoral en la vecina
orilla, que tendrá su punto cumbre el próximo 25 de octubre con la elección
presidencial. El 10 de diciembre finaliza el mandato de Fernández. En ese
escenario transcurrirán las relaciones entre Uruguay y Argentina los primeros
meses de la presidencia de Vázquez.
Un clima frío y que se mantiene en el tiempo a pesar de
una actitud más dialoguista con Argentina asumida por el saliente presidente
José Mujica que, a pesar de su voluntad, no pudo remediar la relación crispada.
Durante el primer mandato de Vázquez, las relaciones
estuvieron marcadas por el conflicto que se generó por la instalación de la
planta de celulosa (Botnia en ese momento, ahora UPM) y la relación tirante con
el presidente Néstor Kirchner, algo que continuó durante el mandato de
Fernández.
Ese antecedente de dificultades con el kirchnerismo
generó que el vínculo binacional estuviera en foco a lo largo de la presidencia
de Mujica con diferentes idas y vueltas a la que se sumaron otros frentes,
algunos de ellos de trayectoria histórica como los que se desprenden de la
administración conjunta del Río de la Plata y el río Uruguay.
También las trabas que expuso el sector exportador
uruguayo para ingresar al mercado argentino.
En el último tramo de la administración de Mujica surgió
una nueva molestia del gobierno kirchnerista. El mandatario autorizó un primer
aumento de producción a UPM en octubre de 2013 y eso irritó a la presidenta
Fernández.
La respuesta no se hizo esperar y al mes siguiente la
Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables argentina prohibió que mercadería de
su país realizara transbordos en puertos uruguayos. Esos movimientos habían
generado un crecimiento de la actividad portuaria uruguaya. La explicación
kirchnerista fue que con esa decisión no se buscaba perjudicar a Uruguay, sino
fortalecer la actividad en puertos argentinos.
Oposición.
Es difícil que la administración kirchnerista asuma
públicamente que la relación con Uruguay es la peor de los últimos tiempos. Sin
embargo, la percepción es totalmente distinta en la oposición de la vecina
orilla.
Sebastián Velesquen, asesor en Relaciones
Internacionales del presidenciable por el Frente Renovador, Sergio Massa,
expresó que "se ha dilatado y cortado literalmente todos los puentes con
Uruguay, es algo totalmente impensado que Argentina y Uruguay tengan este nivel
de tensión. No se puede concebir de otra forma que como un error geopolítico
enorme con un socio estratégico para lo que es el fortalecimiento del
Mercosur". Pero sostuvo que la responsabilidad de ese deterioro no es
exclusivo de uno de los dos países y que el punto no es "ponerse a mirar
quién tuvo más o menos culpas, sino ver cómo salir lo antes posible de esta
relación y transformar toda esta agenda negativa que hemos tenido en algo
totalmente positivo".
Velesquen añadió que "el nivel de tensión que se ha
generado en estos 10 años en primera medida lo que amerita es un gran tiempo
para sentarse, mate de por medio, y realmente volver a bajar a nivel cero la
conflictividad para poder plantear conjuntamente una agenda positiva que haga
que esto haya sido un mal trago en términos históricos".
Por su parte, Fulvio Pompeo, subsecretario de Relaciones
Internacionales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y asesor en
esa materia para la candidatura presidencial de Mauricio Macri (PRO), consideró
también que el vínculo con Uruguay durante el kirchnerismo fue de
"altibajos" y signado por "el desencuentro" y "la
incapacidad bilateral para resolver el conflicto por las pasteras".
Añadió que no se verán "grandes cambios en esta
última etapa en las relaciones con ninguno de los países de la región desde el
actual gobierno".
A su vez señaló que "Argentina y Uruguay son dos
naciones hermanas, que comparten valores, tradiciones, cultura e historia y que
la relación con Uruguay y los países del Mercosur será prioritaria en un
gobierno del PRO".
El presidenciable y presidente de la Unión Cívica
Radical (UCR), Ernesto Sanz, dijo a El País que la relación entre Argentina y
Uruguay durante el kirchnerismo ha sido "decepcionante", ya que
"fue pobre y por momentos tensa cuando en realidad tuvo todos los ingredientes
para ser positiva: un contexto internacional favorable para los países
emergentes, gobiernos con ideas políticas convergentes y democracias maduras a
ambos lados del río".
"Pasamos la mitad de los mandatos presos de un
conflicto evitable que puso en evidencia las debilidades de los acuerdos
regionales, y la otra mitad del tiempo sometidos a una política económica que,
desde la Argentina, utilizó como factor de ajuste el comercio exterior,
afectando principalmente a los países vecinos", agregó Sanz.
Sostuvo que "seguramente en estos diez meses la
relación seguirá pasando desapercibida" debido a que "la dinámica
política argentina interna es de una intensidad tal, que no veo márgenes para
cambios significativos entre un gobierno que tiene otras prioridades, como el argentino,
y un gobierno que sabe que pronto cambiarán los interlocutores de este lado,
como en el caso uruguayo".
A pesar de ello, Sanz expuso que "la relación entre
Argentina y Uruguay está destinada a ser buena" y que a través del diálogo
se puede llegar a un vínculo de "complementación". Consideró que de
llegar a la Presidencia con Vázquez "tendríamos, con certeza, la mejor
predisposición de solucionar estos problemas que fueron parte de una coyuntura
y un contexto, que no estarán presentes". (Producción: Victoria Molnar,
corresponsal en Argentina).
Las dudas con Argentina
Los primeros movimientos de Vázquez en torno a la
relación con el gobierno argentino se dieron en campaña, durante una actividad
de cierre de la fórmula Vázquez - Sendic en Buenos Aires.
Además de las oratorias, Vázquez mantuvo reuniones con
el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien
también estuvo presente en Uruguay cuando Vázquez fue elegido en las urnas como
nuevo presidente. En esa oportunidad, también recibió una llamada de
felicitación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Las
felicitaciones se extendieron en las redes sociales cuando Fernández, a través
de su cuenta en Twitter, escribió: "Felicitaciones a nuestro hermano
pueblo de la República Oriental del Uruguay por una jornada electoral en paz y
un nuevo triunfo democrático". En otro tuit, la jefa de Estado felicitó a
Vázquez, "con quien me comuniqué hace un rato para enviarle los saludos
del pueblo argentino". También saludó al entonces vicepresidente electo,
Raúl Sendic, "por el triunfo". Por último, escribió: "El
presidente electo, Tabaré Vázquez, ya me adelantó sus deseos de concretar una
pronta visita a nuestro país".
Pero ahora, con Vázquez ya asumido como presidente,
habrá que ver cuáles son los contactos que se establecen. Por lo pronto ayer,
la presencia del vice argentino Amado Boudou en el acto de asunción de mando no
pareció ser el mejor puntapié inicial para superar el distanciamiento político
entre ambos gobiernos. Otros aspectos que marcarán el vínculo entre ambas
administraciones serán la nueva Cancillería que pasó a manos de quien fuera
vicepresidente en el primer gobierno de Vázquez, Rodolfo Nin Novoa, y también
el rol que cumplirá Héctor Lescano que ocupará el cargo de embajador en
Argentina, en sustitución de Guillermo Pomi.
Fuente: El País.com.uy
http://lascotidianasdeenrique.blogspot.com
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